Tienes treinta años. Y no tienes pareja. Tienes un buen trabajo, buenos amigos y te llevas bien con tu familia. Pero no tienes pareja. Te has comprado un piso y un cochazo. Pero sigues sin tener pareja. Eres sociable, divertido e incluso gracioso. Entonces ¿por qué no tienes pareja?
Muchos jóvenes llegan a cierta edad pensando que son estos y no otros los puntos clave para conseguir una pareja. Y es más, muchos piensan que esa es nuestra razón de existir. Pero ni es necesario para todas las personas del planeta ni el amor aparece cuando lo buscas. A pesar de todo, cuando uno alcanza la treintena soltero y mira a su alrededor puede pensar que es la única persona de la faz de la Tierra que no tiene un compañero sentimental.
Y es que el mundo, muchas veces, parece estar pensado para la vida en pareja. San Valentín, ofertas de 2X1… Pero no dejes que estas ideas absolutamente comerciales te provoquen sensación de agobio, primero porque no es cierto que seas el único soltero, y segundo porque es absurdo que desees estar con alguien por el simple hecho de compartir tu vida con cualquiera.
Además, los solteros tienen múltiples ventajas y, si mantienen una vida social activa, siempre tendrán amigos e incluso amantes – si el problema es mantenerse sexualmente atareado – por lo que no debe preocuparte tanto tu situación sentimental ni siquiera si acabas de experimentar una ruptura, porque siempre es mejor terminar las relaciones a tiempo que pasar años de infelicidad.
Si a pesar de todo sigues abierto al amor la mentalidad correcta es continuar con tu vida y haciendo lo que te gusta, ya que será la mejor manera de encontrar a alguien afín a ti. Pero no debes esforzarte en la búsqueda de tu media naranja, ya que el amor sólo aparece cuando no lo buscas. Mientras llega, no desesperes, y recuerda que siempre se está mejor solo que mal acompañado.
