Todas las personas tienen momentos en donde son menos encantadoras. Por ejemplo, existen personas a las que les cuesta mucho despertarse, por ello, no les gusta tener conversaciones a primera hora de la mañana porque tienen mal sentido del humor. Poner el foco de atención en lo negativo, sólo nos hace ganar resentimiento y distancia respecto del otro. Por ello, a modo de espejo, cuando veas los defectos inmensos en tu pareja, intenta que ese reflejo revierta sobre ti mismo para mirar todos los gestos y detalles que tienes, y que a su vez, pueden no agradar a aquellos que están a tu alrededor.
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Las discusiones son buenas
Lo cierto es que en más de una ocasión me he encontrado con la circunstancia de que alguna persona me dice que no discute nada con su pareja. Las personas que no suelen tener conflictos con la pareja, los tienen solo que no los exteriorizan. ¿Por qué? Sencillamente, porque algunas personas sienten terror ante las diferencias, es decir, sienten que es señal de que algo no va bien. La realidad es bien distinta: una relación está formada por dos personas que más allá de que se quieran también son diferentes. Es decir, observan la realidad desde su propio punto de vista.
Evidentemente, no tiene ningún sentido reñir por reñir ni nada parecido. Al igual que una relación en la que existe un balance de una pelea diaria no va a ninguna parte porque produce angustia a nivel emocional. Pero las discusiones son buenas porque nos ayudan a conocer mejor al otro, establecemos pactos, descubrimos nuestros propios límites y entendemos que las cosas no siempre pueden hacerse a nuestra manera.
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Masaje de pies para olvidar una discusión
Después de una pequeña discusión, quieres hacer que el ambiente en casa con tu pareja se suavice. Por eso, has decidido que cuando vuelva hoy a casa, la vas a dar un masaje en los pies. Los pies, son la parte del cuerpo que más se puede cansar después de una jornada laboral. Estos, son la base de nuestra estructura y de nuestra musculatura.
La parte más muscular de los pies es la parte inferior, que es la zona en la que se encuentran las denominadas almohadillas que se encargan de proteger los huesos. Cuando se quiere masajear esa parte, lo mejor es que se apoye la rodilla. Con los pulgares, se deben realizar movimientos circulares que cubran toda la superficie de la parte inferior. Los movimientos deben hacerse desde la base de los dedos del pie hacia el talón. Mantén la presión de los círculos constante y uniforme. Usa un poco más de firmeza en sus talones; la piel aquí es más dura.
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Todas las parejas discuten
La mayoría de los humanos tenemos la mala costumbre de compararnos con los demás. Y es un error. Sobre todo en lo que se refiere al amor. Muchos hombres y, sobre todo, muchas mujeres tienden a establecer similitudes entre su relación y la de su hermana, su prima o su amiga. Y, curiosamente, siempre llegan a una conclusión común: ella es más feliz.
Es por eso que se dice que las comparaciones son odiosas, máxime cuando hablamos de relaciones interpersonales, porque nos hacen pensar que el/la de al lado discute menos con su pareja, tiene menos diferencias y soluciona los problemas mejor. Y es más, las mencionadas comparaciones pueden llegar a un punto tan obsesivo que nuestra imaginación alcanza pensamientos tales como “ellos no discuten nunca”. Imposible.
Todas las parejas chocan. Y cuando digo todas quiero decir todas. Incluso aquellas que parecen llevarse de maravilla, que tienen los mismos gustos y la misma forma de pensar… ellos también discuten. Y la verdad es que es un consuelo. Porque en numerosas ocasiones, cuando nos enfadamos con la persona con la que compartimos nuestra vida, pensamos que nuestros conflictos no tienen solución o que estaríamos mejor separados o conviviendo con otra persona. Pero esa no siempre es la salida.
Muchas veces los problemas de pareja no son tan grandes ni tan importantes como pensamos. Basta con preguntar a nuestro entorno y nos daremos cuenta de que otros muchos tendrán las mismas discusiones o parecidas y que no siempre somos los/las que más aguantamos. Por todo ello, después de discutir con nuestro compañero sentimental, démonos un tiempo de reflexión, en el que no vale pensar que se nos acabaron los recursos y que es mejor tirar la toalla, porque muchas veces nos arrepentiremos de haber cortado una relación para volver a encontrarnos con los mismos problemas en la siguiente.
La comunicación entre una pareja
Es verdad la dicha que dice: Dos no se pelean cuando uno no quiere. Las discusiones siempre son cosa de dos, en parte eres responsable del comportamiento de tu pareja, si realmente te molesta, intenta influir de manera más positiva para no entrar en conflictos que puedan desgastar vuestra relación. Las discusiones se pueden evitar. Cuando tu pareja hace algo que te molesta seriamente, lo mejor es que te relajes, esperes un rato para no contestar en caliente y piensa muy bien lo que vas a decir porque puede empeorar las cosas.
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Discusiones entre parejas
Las diferencias de opiniones en las parejas son muy normales. Argumentar diferentes posturas en según qué conversaciones puede hacer que la pareja se encuentre con algún pequeño conflicto, nada preocupante, si los dos saben comunicarse a la perfección. Algunas personas evitan tener estos “encontronazos” y prefieren no expresar su opinión.
El problema llega, cuando estos pequeños conflictos se sacan de contexto y se termina produciendo una discusión que puede llegar a estar protagonizada por insultos e incluso intimidaciones violentas. Este tipo de comportamiento es el que perjudica seriamente a la relación. Discutir, no está mal pero sabiendo donde están los límites. Presentar unos buenos argumentos puede hacer muy interesante esta “conversación-discusión”.
Los conflictos graves, pueden ser causa del miedo y la hostilidad, la ira y el resentimiento. A menudo, una de las primeras armas que se utilizan son los gritos. Se dice que la comunicación está directamente relaciona con el volumen de voz, es decir, cuanto más fuerte habla una de las partes, menos entiende la otra. Cuando sepas que vas a discutir, utiliza un tono normal e incluso un poco más bajo de lo normal para gestionar mucho mejor esa situación.
Debéis asumir la responsabilidad del problema. Puede que la culpa no la tengas tú pero, intenta explicarle a la otra persona los motivos de una forma entendible y correcta. Muchas personas, se ponen a la defensiva cuando comienza un conflicto y enseguida comienzan a utilizar el “tú”: “tú me dijiste”, “tú también hiciste”… intenta dar tus argumentos con un “yo”. De esa manera explicarás claramente tus motivos y el problema se solucionará mucho antes.
¿Por qué discuten las parejas?
Las discusiones en pareja son necesarias ante los desacuerdos lógicos entre dos personas, para negociar soluciones ante los problemas o expresar opiniones aún con distintos puntos de vista.
El problema es que hay parejas que no saben discutir, no se escuchan ni se centran en las soluciones, sino en buscar culpables y defender sus respectivas posturas, a veces de forma agresiva ya sea enfadados o gritando. Por eso cualquier tema en el que haya desacuerdo, puede provocar discusiones destructivas donde lo importante es ganar al otro.
En general, las parejas suelen discutir por temas de la familia política o por la educación de los hijos, si los hay. Cuando se discute en pareja, suele ceder el más inhibido, el que huye de los conflictos o convive con una persona con un estilo de comunicación más agresivo.
Para que las discusiones no lleguen a ser tan molestas y podamos disfrutar más de los momentos agradables con nuestra pareja, seguid estos consejos:
– Utilizar las frases “a mi me molestas” o “yo siento” es menos dañino que soltar una crítica compulsiva hacia la actitud del otro.
– No tratar de convencer al otro que está equivocado ni pretender cambiar sus percepciones, hay que aprender a aceptar al otro con sus propias opiniones.
– No evadir el conflicto. Si uno se va o corta el teléfono, es muy dañino para la relación, porque puede resultar para la pareja como algo tremendamente agresivo.
– Ponerse en el lugar del otro antes de que el gran conflicto estalle, porque cuando se está enfadado es muy difícil ser objetivo y lograrlo.
– Ser siempre respetuoso. Este factor es fundamental en una relación de pareja y bajo ningún punto de vista debe perderse.
– Eliminar las ironías.
– Saber pedir perdón y aceptarlo cuando la otra parte se muestre arrepentida.
Señales de alarma en la pareja
Las parejas no son estables por naturaleza, tienen momentos mejores y momentos peores a lo largo del tiempo. En la mayoría de las ocasiones, la acumulación de pequeños problemas, que no son tratados abiertamente para solucionarlos, son la causa más frecuente de ruptura en una pareja. Reconocer las señales de alerta en tu pareja es importante para evitar conflictos y problemas.
– Cada vez menos tiempo juntos: En ocasiones, es difícil conciliar la vida profesional con la personal, el tener agendas tan diferentes hace que cada vez la pareja tenga menos tiempo para verse. Esto ocurrir durante un período razonable en las que otras actividades requieran casi todo nuestro tiempo. Pero si el motivo no es coyuntural, es momento de hablarlo con tu pareja e intentar encontrar momentos para estar unidos.
– Menos relaciones sexuales: Si el contacto físico ha disminuido progresivamente no es buena señal. Eso puede darse en la intimidad sexual o en los pequeños gestos cotidiano. La falta de contacto físico hace que la pareja se distancie y entorpece la comunicación. Evita la rutina y procura recuperar el contacto físico y reconfortarse en la compañía del otro.
– Tu opinión ya no importa: Cuando la pareja toma decisiones sin consultar, puede ser fuente de importantes problemas. Significa falta de confianza o compromiso. ¿Sientes que tu opinión ha perdido importancia? El nivel de comunicación sirve para evaluar la relación. Sin comunicación no tendréis nada en común.
– No hay planes de futuro: Los proyectos a largo plazo son parte fundamental para impulsar cualquier relación humana. Si los planes compartidos a futuro, son cada vez menos conversados, atractivos o frecuentes. Será necesaria una conversación sincera con tu pareja al respecto.
– No tengas dudas o sospechas. Si hay temas que te inquietan, lo mejor que puedes hacer es hablarlos. Si te los callas pueden haber recelos y entorpecer la relación. Recuerda que lo que erosiona un vínculo es el ocultamiento, el engaño o la mentira.