Rabia que no se acaba: ese es el indicio principal de una historia de desamor que no se ha terminado de aceptar. Y es que la rabia puede durar años, tanto como quiera uno mismo. Entre otras cosas porque el desencanto, y la pena a veces, puede alimentartarse a través del pensamiento negativo, del miedo de no volver a encontrar a una persona especial, porque la realidad es que existe una enorme presión social con el tema de encontrar pareja en la juventud.
Por suerte, si abres los ojos verás que debes dejar de lado prejuicios sociales porque gente de todas las edades se empareja en algún momento. Pero especialmente, es positivo aprender a vivir asumiendo la propia historia de cada uno. Y es que, no vale la pena alimentar un desamor durante siglos porque entonces perderás toda tu energía vital en ello. Nada más lejos de la realidad es preferible caminar de la mano de la esperanza y de la ilusión en el futuro.
La rabia es una forma de ira que tiene mucha fuerza. Y que vale la pena exteriorizarla. Es decir, en caso de que la sientas desahógate. La escritura es una forma de terapia excelente. Puedes escribir un diario personal, un blog dirigido a tus lectores o cartas para expresar qué es lo que pasa por dentro de ti. Imagina que tu remitente es esa persona que te ha hecho daño. Siéntete libre en tu sentir.
Intenta seguir con tu vida y potencia emociones positivas como la alegría, la ilusión, la esperanza, la felicidad o la paz interior. Para ello, debes cultivar tus amistades, implicarte en tu trabajo, ser una persona solidaria y con inquietudes. La rabia no es buena para el bienestar físico ni emocional, por tanto, libérate de verdad. Y aprende a quererte a ti mismo.