Errores infantiles en las citas


Ser un niños grande constantemente no resulta nada sexy a las mujeres. De acuerdo que todos tenemos ese momento infantil que nos puede hacer parecer encantadores pero parecer un niño todo el rato puede hacer que una cita se vaya al garete en cuestión de minutos. Es importante no cometer determinados de los cuales podemos arrepentirnos sobre todo cuando ya tenemos cierta edad.

A partir de los 30 es importante que nos conozcamos a notros mismos y sepamos controlar nuestras emociones y comportamientos sobre todo en las citas. Existen algunos errores en las conversaciones y en los comportamientos de las citas que se deben evitar. Toma nota de algunos de ellos:
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Cosas que no te gustan de tu pareja


El principio del noviazgo, es habitual que veas a la otra persona como perfecta, como el ser más especial del universo con el que toda tu vida habías soñado. Está claro que esta visión idílica está causada por el efecto directo del enamoramiento inicial en donde las emociones se viven de una forma muy intensa. Pero esta intensidad cae tarde o temprano, y entonces, te encuentras con la realidad del otro. Es decir, con sus virtudes y con sus defectos.

Cualquier persona tiene cosas buenas y cosas que puede mejorar y corregir. Pero está claro que los defectos de alguien te afectan más o menos dependiendo del grado de relación que tengas con el otro. Lo más importante antes de criticar a tu pareja es que pienses en todas las imperfecciones que tú tienes, en todo aquello que al otro también puede molestarle y que le gustaría que cambiases. Existe un error universal desde un punto de vista emocional y es el de criticar a los demás y no hacer un esfuerzo por mejorar uno mismo.
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Cometer errores en las relaciones y aprender


En cada situación que vivas, sea agradable o no, puedes aprender algo nuevo e ir adquiriendo una experiencia que te permitirá tener más conocimientos con el paso del tiempo. Haber tenido relaciones anteriores te permitirá tener las ideas más claras cuando empiezas a conocer a una persona. Cuando se termina una relación, muchas personas piensan que han fracasado.

Eso no es del todo cierto, ya que en realidad lo que han vivido un fracaso que en realidad lo que ha hecho en enseñarles. Estas experiencias anteriores ayudan a ir definiendo el tipo de pareja que se quiere para compartir la vida. Se debe comenzar poco a poco sin olvidar los errores del pasado para procurar no volverlos a cometer. Las personas van y vienen en nuestras vidas.
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Aprende de los errores de tu pareja


Adoptar un enfoque crítico para detectar los errores de comportamiento en tu pareja, te ayudará a evitar que tú comentas las mismas imprudencias. Se trata de construir en positivo y poner todo de tu parte para abandonar los propios defectos.

Normalmente las parejas que no han encontrado un buen nivel de convivencia suelen topar con los siguientes errores:

1. Imposición de hábitos. Crees que te unirá más a tu “amorcito” el hecho de que comparta tus mismos gustos y aficiones. Nada más lejos de la realidad ya que debes respetar sus preferencias aunque no acaben de “ir contigo”.

2. Actitud posesiva. Moldear la personalidad de tu pareja a tu antojo es un torpe error. Aprende a aceptar al otro tal y como es porque ahí reside su verdadero encanto.

3. Incapacidad para comunicar. Precisamente la aparición de “malos-entendidos”, que influyen en el buen desarrollo de la relación, son ocasionados por falta de una correcta comunicación. Dedica un tiempo diario para expresar tus inquietudes y conocer las preocupaciones de tu pareja.

4. Caer en la monotonía. Hay que alejarse de la espiral del aburrimiento, por eso prepárate para innovar introduciendo cambios atractivos cada cierto tiempo, ya sea en el aspecto sexual o sentimental.

5. Complacer a la pareja a todas horas. Si te has convertido en un “corderito” que sigue con detenimiento todos los planes que te propone tu pareja, estás ante un grave error. Aprende a negarte porque de lo contrario estás anulando tu personalidad.

Partiendo del refrán “de los errores se aprende”, aplícalo a la relación de pareja. A través de la tolerancia llegarás a comprender adecuadamente los defectos del otro: Circunstancia bastante prioritaria para que tú mismo analices tus actitudes y entres en una dinámica del aprendizaje.

Lo que una mujer no debe hacer con un hombre

beso
A continuación conocerás los 50 errores más comunes de las mujeres. En definitiva, las cosas que una mujer no debe hacer con un hombre.

1. Hacerse de rogar: el sexo “no es un favor” para ellos.
2. Tumbarse y esperar que el hombre lo haga todo: algunos lo llaman “ponerse en modo pasivo” o “síndrome del examinador de autoescuela”. Esto es cosa de dos.
3. La falta de iniciativa: es lo que más les molesta.
4. Hacerse una coleta ante de practicarle sexo oral: puedes cortarle el rollo.
5. Hacer daño con los dientes durante una felación: quizá no quiera volver a practicarlo.
6. No utilizar las manos durante la felación: le gusta sentir que juegas con ’su cosita’.
7. Planificar cuándo y cómo hacerlo: darle fecha y hora le agobia. Déjate llevar y que surja el momento. No hay que tenerlo todo bajo control.
8. Decirle que apague la luz: hacerlo con la luz encendida no es pornográfico.
9. Fingir los orgasmos: las exageraciones se notan.
10. Meterle el dedo en el ano mientras eyacula: ¡Ni se te ocurra hacerlo sin preguntar! Seguramente no sepa interpretarlo, para él es terreno vedado.
11. Poner pegas con el sexo oral: él nunca lo haría.
12. No innovar: si no te abres a probar cosas nuevas se acabará cansando.
13. Los complejos: el “me siento fea” no les deja concentrarse. Si se acuesta contigo es porque le gustas.
14. Hacer comentarios que no vienen a cuento durante el coito: estar atenta a otras cosas como echar el pestillo de la puerta “denota falta de interés”.
15. El pudor: él no sabe lo que es eso. Suéltate un poco más.
16. Pensar que ciertas cosas sólo las hacen las prostitutas: no te reprimas. Si te apetece, todo vale.
17. Querer que te abrace demasiado: con un poco de cariño postcoital es suficiente.
18. Negarse, por decreto, a practicar el sexo anal: están hartos de que sea un mito y se les considere “enfermos” por proponerlo.
19. Calentarle para, al final, no hacer nada: si no te apetece es mejor que no empieces. No le dejes con la miel en los labios.
20. Preguntar si ‘está dentro’: sin comentarios. Su autoestima dejará de existir.
21. Agarrarle con fuerza la cabeza mientras te hace sexo oral: a ti tampoco te gusta. Le ahogas.
22. No tocarle: a él también le gustan las caricias.
23. Coger su pene con demasiada energía: no es una zambomba.
24. El ‘hoy me duele la cabeza’: un clásico. Cambia de excusa.
25. ‘Jugar’ con sus testículos sin delicadeza: no son de goma.
26. Quedarse dormida antes o durante el acto: la primera puede molestarle, pero con la segunda se va de casa.
27. No hacer “un esfuerzo” si terminas antes: tú lo tienes más fácil que él.
28. Ponerse a recoger todo nada más acabar: podéis hacerlo después.
29. Poner una toalla en el sofá para no manchar: si lo haces se sentirá cohibido.
30. No meterle mano: le gusta ver tu cara más atrevida. Lánzate.
31. No decirle cosas bonitas: dicen que “los piropos no se inventaron sólo para las mujeres” y que ellos también tienen “su corazoncito”.
32. Creer y decir que todos los hombres son iguales: evita las generalizaciones. No le puedes decir a tu pareja que es como los demás.
33. Pensar que siempre tiene ganas: él no es una máquina sexual. A veces no le apetece.
34. No quitarse los calcetines: vale que el invierno es frío, pero es poco sexy.
35. Los ‘pedos’ vaginales: eso es inevitable.
36. Castigar sin sexo: no lo utilices como arma arrojadiza o moneda de cambio en la pareja.
37. Comparar el tamaño de su pene con el de tus antiguas parejas: no lo hagas, aunque te lo pregunte.
38. No estar depilada: no quiere que te rasures para él, pero sí la marca del bikini como mínimo.
39. Irse un momento a hacer pis en mitad del acto: esto es como cuando te vas de viaje, hay que hacerlo antes.
40. Quitarse el maquillaje “durante un buen rato” antes de hacerlo: conseguirás que pierda el interés o que se duerma.
41. Tener cosquillas por todas partes: al principio tiene gracia, pero luego desespera.
42. No usar lencería nueva: sobretodo si te la regala él. Un conjunto explosivo le dejará sin palabras. Olvídate de las bragas de dibujos animados.
43. No ponerle nunca el preservativo: ya se siente perjudicado respecto a ti por tener que ponérselo. Que no se sienta sólo en eso.
44. No comprar preservativos: él se los pone, pero os sirven a los dos.
45. Dar por supuesto que los pezones del hombre no sirven para nada: que no llamen la atención no quiere decir que sean de adorno.
46. No dejarle que te mire: él se excita viendo cómo disfrutas.
47. No decir lo que te gusta en la cama: pídele lo que te apetezca, no seas vergonzosa. Pónselo más fácil y saldrás ganando.
48. Poner mala cara o quedarse en silencio cuando eyacula demasiado rápido: peor se siente él. Ten paciencia, la emoción a veces juega malas pasadas.
49. Querer hablar por hablar después: si no es importante, déjalo.
50. Preguntarle qué ha sentido: ya lo sabes

Relaciones demasiado rápidas


Cuando comienzas una relación, lo haces pensando que esa persona va a ser el amor de tu vida. Esto, no es siempre así y puede que la relación llegue a durar mucho menos tiempo del que pensabas. Las chicas, normalmente, se suelen implicar mucho más en la relación. Ellas, ser más atentas y se preocupan más por la evolución de la relación, el problema está cuando no reciben lo mismo por parte de la otra persona.

Hay gente que cuando consigue lo que quiere, comienza a perder el interés que tenía por seguir con una relación duradera. ¿Era realmente amor? Al igual que cuando conduces un coche, acelerar demasiado y frenar bruscamente no es nada bueno. Lo mejor, es que vayas poco a poco en tu relación.

Las prisas por conseguir a la otra persona pueden hacer que cometas muchos errores que harán que ni siquiera comiences a tener citas. Si ya estás saliendo con alguien ¿por qué quieres ir tan deprisa? ¿se acaba el mundo? Debes esforzarte por conocer a tu pareja. Si no te interesa es que, en realidad, no estás enamorad@.

Puede que estas prisas se produzcan por alguna situación “traumática” que hayas vivido con anterioridad, como por ejemplo un desengaño amoroso. Intenta analizar cuál es el problema y si lo que estás haciendo a tu nueva pareja está bien o no. No todo el mundo es igual y no te tiene por qué volver a pasar lo mismo. Recuerda lo mal que tu lo pasaste y no hagas pasar por eso a otra persona.