El amor tiene dos caras totalmente opuestas, por un lado, destaca la fase inicial en la que todo es perfecto como consecuencia de la ilusión. Por ejemplo, sientes las mariposas en el estómago y en otros momentos, tienes la sensación de que la realidad es mágica. ¿Pero qué sucede con el sabor amargo del desamor? En ese caso, tienes que hacer frente a una serie de efectos habituales cuando te han roto el corazón. Soportarlos es la única forma de poder pasar de página lo antes posible.
Generalmente, tras el desamor sientes una enorme tristeza que te pesa y te impide afrontar tu rutina diaria con total normalidad. No encuentras sentido a ciertas situaciones de tu día a día porque sientes que te falta algo: estar con esa persona a la que quieres. Esta sensación es habitual incluso cuando la persona a la que amas sabes que no te conviene. El dilema razón y corazón es uno de los más habituales en un periodo de desamor.
Las personas que están haciendo frente a una ruptura sentimental están más sensibles, por ejemplo, lloran de repente al escuchar una canción que les trae ciertos recuerdos. No pueden evitar emocionarse al ver determinadas fotografías. En el lado más extremo de la balanza están aquellas personas que piensan que su vida se ha convertido en un fracaso tras el final de una historia de amor.
En este caso, conviene matizar que afortunadamente, la vida de una persona es muy compleja, tiene muchos ámbitos distintos, por ello, un fracaso sentimental sólo es una pequeña parte de tu presente. Piensa en todas las cosas buenas que tienes y te será más fácil relativizar esta situación de dolor que te roza de cerca.