Resulta sorprendente que en una sociedad en la que existe tanta libertad a nivel sentimental, existan personas que caen en la trampa de tener relaciones paralelas. Es agotador tener una doble vida. Si ya requiere de bastante exigencia tener una relación de pareja estable y feliz, sumar a dichas obligaciones, el esfuerzo extra de mantener una relación en secreto, entonces, la lucha interna puede ser agotadora en aquel que para mantener una doble vida, convive con la tensión y el miedo de ser descubierto.
Coaching para tu bienestar
En primer lugar, simplifica tu vida, no te compliques tú mismo la existencia porque bastantes dificultades vas a encontrar a lo largo del camino de la vida.
Además, piensa que en algún momento la verdad saldrá a la luz, por mucho que te empeñes en taparla, y en ese momento, serán muchas las personas decepcionadas por tu actitud y afectadas por lo que has hecho. Sé sincero.
Tener una doble vida no te hace feliz, más allá de esa aparente emoción de vivir una historia en secreto. Lo que de verdad te hace sentir bien es poder tener una relación de pareja a plena luz del día, con la persona que has elegido y que te quiere de verdad.
¿Conoces alguna historia de este tipo que haya terminado bien? Entonces, sé objetivo: lo más probable es que quien apuesta por una historia así, termina topándose con un muro.
Para finalizar, evita tener una doble vida para tener más tiempo para ti mismo y para poder mirarte al espejo con honestidad.
Tener una relación de pareja estable
Para tener una relación de pareja estable, es fundamental dejar de lado la tentación de la infidelidad. Para ello, valora a la persona que tienes a tu lado, porque por muy perfecta que parezca otra persona, tiene tantos defectos o más que tu pareja.
Las mentiras, y la doble vida implica contarlas, cada vez te llevan más lejos y llega un momento en el que no es nada fácil desenredar el desastre que se ha armado. Lo mejor es ser sincero con uno mismo y con los demás, aunque implique muchos sacrificios. Es inevitable pero vale la pena, al final sí.
Es verdad, al final lo mejor siempre es ser sincero con uno mismo.