Cómo evitar decepcionarse


Todo el mundo se ha sentido alguna vez decepcionado. La decepción es un sentimiento que aparece cuando descubres que las cosas o las personas no poseen los atributos que les habías adjudicado. En ocasiones puede ser complicado enfrentar y superar los sentimientos de frustración que puede derivar en decepciones.

Lo primero que debemos asegurar es que el mejor modo de no decepcionarte consiste en estar bien contigo mismo, adoptando una actitud madura y positiva ante las situaciones que se plantean en la vida. Pero sin embargo, lo más común es sentirnos decepcionados por alguien. Por eso te recomendamos que no esperes mucho de los demás, especialmente si no los conoces bien. Las personas son como son y no van a cambiar por mucho que queramos. Es mejor pensar mal y luego recibir una sorpresa grata de alguien, que idealizarlo antes de demostrar lo que realmente vale.

Es importante tener una visión realista sobre la vida en general y sobre la tuya en particular. No te imagines cosas o inventes fantasías. El mundo no es perfecto y por desgracia nunca lo será por mucho que queramos. Distingue la realidad de aquello que sueñas y acepta las circunstancias tal como se presentan. Para ello es fundamental aprender a valorar lo que se tiene, evitando desear lo que no se tiene. La frustración aparece cuando consigues aquello que buscas o esperas. Procura ser feliz con lo que tienes, nadie te va a regalar nada en esta vida.

No fomentes relaciones de dependencia respecto a las personas o objetos materiales. Recuerda que nada ni nadie es imprescindible. Piensa que sentirse decepcionado es algo temporal, el tiempo lo cura todo y las cosas se pueden mejorar. Tú eres quien elige cómo enfrentarte a las expectativas superando las situaciones negativas.

Enfrentar y superar un engaño


Uno de los peores sentimientos que existen es sentirse engañado. Es inevitable sentir dolor cuando la persona con la que confías o quieres te engaña. Aunque no se puede volver atrás en el tiempo, sí tienes la posibilidad de seguir unos consejos para apaciguar la angustia generada por esa situación tan personal.

Antes de preocuparte, asegúrate de que realmente te hayan engañado, contrasta tus rumores para confirmar el engaño. Muchas veces, las cosas no son lo que parecen o tienen alguna explicación. Si finalmente, confirmas la peor noticia, debes aceptar la realidad tal como te viene. Si descubres que te han mentido, evita engañarte pensando en otros supuestos, afronta la verdad. El primer paso siempre es conseguir sobreponerte aceptando lo ocurrido y descubrir tus sentimientos al respecto.

Tómate el tiempo que necesitas para asimilarlo, no todas las personas tienen la suficiente moral como para olvidar lo ocurrido al día siguiente. Actúa con tranquilidad frente a la persona que te ha engañado, y evita los impulsos o muestras de desesperación. Al principio puede resultar complicado, pero intenta conversar acerca de lo sucedido. Pero sin entrar en detalles que puedan afectar más tu autoestima, indaga acerca del por qué del engaño. Normalmente, ambas partes tienen parte de culpa o responsabilidad en lo ocurrido.

Piensa positivamente, la vida es muy larga y todos tenemos un camino que recorrer. No dejes de lado tus actividades, te ayudarán a despejarte y proponerte un nuevo objetivo de superación. El sufrir un desengaño, no significa que a partir de entonces todos te engañarán. La experiencia debe servirte para estar más atento y a prevenir un nuevo engaño.

Siempre existe la posibilidad de perdonar a la persona que te ha engañado, puedes darle una segunda oportunidad si crees que se lo merece o se muestra seriamente arrepentido de ello. No será fácil reconstruir la relación, procura que no aparezca el resentimiento y el rencor.

Evitar sentir envidia


La envidia es un sentimiento negativo, un proceso de tristeza por el deseo de algo que no se posee. Todas las personas sufren en algún momento de su vida la agobiante sensación de competir con otra persona en la que siempre se pierde, sufrimiento por el bien ajeno. Vemos a la persona envidiada en una posición de superioridad, abundancia y bienestar, algo que queremos emular sea como sea. Eso nos crea una sensación de impotencia, frustración, desánimo e inferioridad.

Nos obsesionamos en conseguir lo mismo que otra persona, lo que nos produce exaltación, rabia y un sentimiento de aguda incomodidad, determinado por el descubrimiento de que otro posee algo que sentimos que nosotros deberíamos tener. Entonces, la vida de una persona envidiosa no gira sobre su propia realidad, sino sobre lo que desearía, sobre lo que no tiene o le falta. Aparece una incapacidad de reconocer las limitaciones personales y por ende, una completa infelicidad.

La envidia es un sentimiento insano, que conviene prevenir, mantener actitudes positivas, para ello te recomendamos que mejores tu autoestima, potencies la confianza en ti mismo, seas consciente de tus limitaciones, pienses las cosas que puedes cambiar, aprendas a valorar lo que tienes, entiendas la competencia como algo positivo para superarte, estimules la empatía con los demás, aprendas a relativizar el éxito personal y profesional, analices tus progresos sin compararte con el resto y aprendas a dar y pedir ayuda, a colaborar y compartir.