Esta percepción es relativamente frecuente en parejas que llevan muchos años de matrimonio o convivencia y cuando observan su situación presente, sienten que han dejado de ser pareja para compartir solo amistad. Y en algunos momentos, tampoco eso ya que la amistad también se muestra en la falta de conversaciones de interés común. De hecho, las parejas suelen angustiarse todavía más cuando se dan cuenta de que ya no les une ni la complicidad de la amistad. Cuando cada vez te unen menos cosas a tu pareja observas un deterioro progresivo de la relación que parece no tener retorno. En muchas ocasiones, las parejas no toman conciencia de este deterioro desde un primer momento sino que de pronto, hay algo que les hace caer en la cuenta. Y al haber tardado tanto en percatarse de la urgencia de la situación, se sienten desbordados por ella.
Consejos de ayuda en estos casos
Pensar en últimas oportunidades cuando ya todo parece estar en su recta final puede ser un acto de fe y de confianza ciega. Sin embargo, hacer una terapia de pareja puede ser una invitación para, a partir de la implicación mutua, dar una nueva orientación a la relación, volver a crear momentos compartidos y reavivar la llama. El proceso suele ser costoso e incluso, en muchos momentos, también es doloroso remover heridas.
Cuando no merece la pena seguir luchando por una relación es cuando ya se han producido varias rupturas previas con reconciliaciones posteriores que nunca trajeron un final feliz.
Toma la iniciativa para proponer nuevos planes, muestra interés por conocer a algunos de los amigos de tu pareja, asistir juntos a charlas sobre inteligencia emocional y relaciones personales.
Tomar decisiones
Tomar decisiones en este tipo de situaciones puede ser muy duro cuando realmente una persona se da cuenta de que ya es muy poco lo que le une a su pareja y no quiere seguir viviendo del mismo modo. Tomar decisiones en coherencia puede ser muy complejo pero la felicidad es un asunto de valientes y el amor, no debe ser sinónimo de conformismo si se entiende por ello, ser infeliz eternamente.