El olvido no se presenta como un reto sencillo cuando el propio deseo del corazón muestra una motivación diferente. Olvidar a una persona no solo significa decir adiós a todo lo vivido, es decir, cerrar ese capítulo de manera definitiva. También supone decir adiós a lo no vivido pero sí imaginado: expectativas de futuro, escenas de felicidad absoluta, proyectos soñados… Olvidar a alguien no es sencillo porque no solo implica cerrar la puerta del pasado, sino también, mirar al futuro desde una nueva perspectiva. Y, todo ello, desde el presente. ¿Por qué es tan difícil, pero no imposible, olvidar un gran amor?
Olvidar como tal es imposible
No puedes olvidar el pasado tomando este mensaje de manera literal, sin embargo, por higiene mental, sí puedes tomar la decisión voluntaria de dar más protagonismo a otros aspectos de tu vida. El acto de inteligencia emocional no siempre reside en recordar. A veces, es un acto de empatía intentar no dar tanto protagonismo a cuestiones que te duelen haciendo el proceso de duelo necesario y la escucha de las emociones.
Recibes recuerdos frecuentes
Tú y esa persona no sois dos islas independientes del resto del mundo. Tenéis personas en común, lugares que habéis visitado, películas preferidas, canciones que habéis hecho propias y demás detalles. Aunque vuestra situación sentimental ha cambiado, todos esos aspectos siguen formando parte del estado de las cosas. Por ello, puedes emocionarte cuando de forma casual escuchas en la radio una melodía que evoca la imagen de ese alguien especial.
Idealización
A veces, se produce la paradoja de que alguien parece verdaderamente perfecto e irresistible cuando es inalcanzable desde la ruptura definitiva. Es alguien con defectos, como cualquier ser humano. Sin embargo, tu mente multiplica lo bueno y magnifica esas cualidades. Por ello, el proceso del olvido no es externo, sino interno.