Observas como tu relación va adquiriendo un tinte oscuro que enturbia los sentimientos positivos…Y últimamente recibes continuamente reproches donde más te duele. Aunque sea la persona a la que más quieres y deseas de este mundo, aprende a ponerle en su sitio sin perder los nervios.
Ambos os adentráis en una esfera peligrosa donde la armonía ha dejado de brillar. Fluyen con fuerza sus comentarios malintencionados sobre cualquier tarea que te dispones a realizar.
Antes de que la situación cobre una magnitud irreparable, conviene seguir tres pasos:
1. No entres en su juego. Si reaccionas con ira o te enfadas con la persona metepatas, incrementas su inseguridad y puedes terminar provocando una escalada de descalificaciones. Esto, además de resultar desagradable, suele empeorar la situación.
2. Párale los pies. Para que entienda que ciertos comportamientos resultan inoportunos, es mejor hacérselo notar manteniendo la calma y con preguntas del tipo: ¿En qué sentido lo dices? ¿Qué quieres decir?
3. Responde a sus críticas. Puedes contestar de inmediato a sus frases malintencionadas, diciendo abiertamente que te está molestando o prueba a responder irónicamente.
La psicóloga y psicoterapeuta Irene Alonso señala:
Las personas que actúan así tienen escasas habilidades para relacionarse. Esas formas de comportamiento desadaptadas suelen enmascarar sentimientos de inseguridad y un pobre autoconcepto. Hay que evitar que nos afecten sus comentarios, por ello es idóneo centrarse en uno mismo y ponerle límites. Acepta que el otro es como es, que no puedes hacer más por ayudarle y admite que tú eres responsable no de lo que él diga, sino de tu malestar emocional.