Consejos para curar la ira después de una ruptura


La ira surge en un momento de dolor. De hecho, se trata de un sentimiento excelente para recuperar el equilibrio interior y volver a sonreír después del sufrimiento de una ruptura. Pero la ira tiene que canalizarse y encauzarse poco a poco hacia un fin constructivo. Es decir, ese enfado inicial es adecuado porque te ayuda a protegerte. Por esta razón, una de las medidas que se suele adoptar después del adiós es la de marcar distancia con la otra persona.
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Claves para volver a sentirte bien


En muchas ocasiones, puede que te hayas sentido mal por alguna causa. ¿Qué es lo que más causa dolor al ser humano? El desamor, el sufrimiento, la traición… Todo aquello que está vinculado con las relaciones interpersonales donde se depositan expectativas y deseos. La realidad es que se puede sufrir una pequeña decepción incluso por el hecho de querer conocer a alguien que en realidad no muestra ningún tipo de receptividad a la hora de hacer planes contigo.

¿Cómo puedes recuperar el equilibrio interior en cualquier etapa de la vida después del dolor? En primer lugar, debes entender que si tú no te cuidas, nadie lo hará. Si tú no te valoras de verdad, entonces, tampoco podrás sentir que frente a ti tienes a personas que te aprecian al cien por cien. El filtro de la subjetividad determina el modo de ver las cosas, por ello, debes darte amor para tener esperanza. Dicho amor tiene nombre propio: autoestima.
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Heridas y frustraciones mal curadas


No todas las heridas son visibles, más bien, al contrario. El dolor del alma no se ve pero se siente y a veces, pesa toneladas. Si no, que se lo pregunten a aquellos que viven con un desamor fuerte en su memoria, que hicieron frente a la traición de un gran amigo o que viven en la soledad de la desconfianza y el miedo. Las heridas de la piel cicatrizan mucho antes que aquellas de la mente porque no es fácil olvidar el pasado, afrontarlo y aceptarlo. La aceptación es la palabra clave, sin embargo, implica una gran madurez emocional, sensatez y alegría.

Las heridas están mal curadas cuando en el presente vuelves a sufrir de una forma muy intensa por algo que sucedió hace años y que incluso puede que pensaras que ya lo habías superado. Sin embargo, ante algo que te ha sucedido, vuelves a sentirte igual de vulnerable que en aquel entonces. En más de una ocasión, para superar el dolor del alma puede ser necesario recurrir a una terapia psicológica porque el dolor se ha enquistado en tu interior como si fuese un árbol que ya tiene raíces de dos metros de profundidad.
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Lo que más duele en el amor


Existen muchas cosas que hieren en el amor y que dejan una huella terrible en el corazón. Por una parte, está claro que el lado más extremo del desamor queda de manifiesto en los casos de malos tratos que conocemos tristemente a través de los telediarios. Por otra parte, la humillación constante de tu pareja también puede terminar destruyendo tu autoestima. Continuando con la lista de cosas que te causan dolor, está claro que el hecho de ver a la persona que te gusta con otra te hace infeliz. Al igual que puede hacerte muy infeliz tener pareja y descubrir que te has enamorado de otra persona. Lo cierto es que no hay nada más terrible que el hecho de estar con alguien a quien no quieres en realidad.

Por otra parte, también existen situaciones que duelen mucho en el amor. Este es el caso, por ejemplo, de sentirte incapaz de exteriorizar sentimientos, de decir lo que sientes y confesar que te has enamorado. Tal vez de quien menos pensabas o en el momento en que menos preparado estabas para asumir las consecuencias de un sentimiento que ni siquiera sabes si es o no correspondido.
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Parejas hirientes


Observas como tu relación va adquiriendo un tinte oscuro que enturbia los sentimientos positivos…Y últimamente recibes continuamente reproches donde más te duele. Aunque sea la persona a la que más quieres y deseas de este mundo, aprende a ponerle en su sitio sin perder los nervios.

Ambos os adentráis en una esfera peligrosa donde la armonía ha dejado de brillar. Fluyen con fuerza sus comentarios malintencionados sobre cualquier tarea que te dispones a realizar.

Antes de que la situación cobre una magnitud irreparable, conviene seguir tres pasos:

1. No entres en su juego. Si reaccionas con ira o te enfadas con la persona metepatas, incrementas su inseguridad y puedes terminar provocando una escalada de descalificaciones. Esto, además de resultar desagradable, suele empeorar la situación.

2. Párale los pies. Para que entienda que ciertos comportamientos resultan inoportunos, es mejor hacérselo notar manteniendo la calma y con preguntas del tipo: ¿En qué sentido lo dices? ¿Qué quieres decir?

3. Responde a sus críticas. Puedes contestar de inmediato a sus frases malintencionadas, diciendo abiertamente que te está molestando o prueba a responder irónicamente.

La psicóloga y psicoterapeuta Irene Alonso señala:

Las personas que actúan así tienen escasas habilidades para relacionarse. Esas formas de comportamiento desadaptadas suelen enmascarar sentimientos de inseguridad y un pobre autoconcepto. Hay que evitar que nos afecten sus comentarios, por ello es idóneo centrarse en uno mismo y ponerle límites. Acepta que el otro es como es, que no puedes hacer más por ayudarle y admite que tú eres responsable no de lo que él diga, sino de tu malestar emocional.