Después de unos años de relación, muchas parejas viven con una sensación amarga: «Las cosas no son como al principio». Es decir, no existe el mismo nivel de emoción y de ilusión por estar con el otro y compartir el tiempo en común, tampoco se tiene el mismo concepto de perfección de la pareja sino que también se analizan sus defectos, las dudas pueden ser mayores… Sin embargo, esta sensación que hace sufrir a más de uno es algo totalmente normal.
Es lógico que la emoción no sea la misma después de siete años, sin embargo, en positivo, la confianza y la comunicación es mucho mejor en esa etapa. Por otra parte, el hecho de haber compartido tantas vivencias junto al otro también es un añadido, y es que, se ha convertido en un pilar fundamental de tu vida. Conviene no caer en el romanticismo excesivo al creer que se puede llevar veinte años con la pareja y sentir las mismas mariposas en el estómago que el primer día. Es evidente que se trata de algo imposible.
Por ello, no te dejes tentar en exceso por esa falsa euforia del inicio de una relación ya que también existen emociones de los inicios que no son tan bonitas: por ejemplo, los cambios bruscos de humor, el miedo al rechazo y al sufrimiento, las dudas de saber qué sentirá el otro, los celos, la vulnerabilidad interior…
En cada etapa de la vida podrás disfrutar de cosas positivas y de otras que no lo son tanto. Pero no pierdas la ocasión de disfrutar el presente en el amor por seguir pegado al pasado en tu mapa mental. Centra tu atención, mejor, en sorprender a tu pareja, en mejorar el nivel de comunicación y en fortalecer el amor.