Se considera infiel a aquella persona emparejada que tiene un coito con otra de manera voluntaria. Si además el/la infiel está casado se considera adúltero/a, pero en cualquier caso la falta de lealtad que implican las palabras infidelidad o adulterio siempre implican el acto sexual.
Entonces, ¿qué hay de esas personas supuestamente enamoradas de su pareja que flirtean con otras? Algunas de estas gentes salen con otras a cenar o al cine e incluso en ocasiones llegan a besarse, pero al no ser amantes, ¿no se considera infidelidad? Que se lo pregunten a su compañero sentimental o cónyuge…
Muchos lo consideran una infidelidad psicológica, pero el término es tan abstracto que parece incluso inofensivo. Entonces ¿cuándo deja de serlo para convertirse en una auténtica infidelidad? El límite no está marcado en la sociedad nada más que por las relaciones sexuales, pero todos nos sentiríamos traicionados si supiéramos que nuestra pareja siente algo por otra, ¿o no es verdad?
Por ello no importa si somos la persona emparejada o la persona soltera que liga con la que está casada o comprometida de alguna manera con otra. Lo que no debemos hacer en ningún caso es dar rienda suelta a nuestros sentimientos siempre que alguien tontee con nosotros. Y, en caso de que no podamos evitar sentirnos atraídos por otra persona debemos plantearnos dos cosas:
1.- Si es un sentimiento pasajero, controlado y que se esfuma en cuanto estamos con nuestro novio/a o marido/mujer. Entonces no debemos preocuparnos, sino dar tiempo al tiempo, porque sentir atracción hacia alguien además de ser inevitable no debe hacernos sentir culpables.
2.- Si es un sentimiento continuado e incontrolado que no desaparece de nuestra mente ni siquiera cuando estamos con nuestra pareja. En este caso debemos sentarnos a hablar con nuestro compañero o cónyuge de lo que sentimos, porque la pareja es comunicación y si conseguimos superar los problemas juntos podremos pasar más tiempo unidos. Lo que no debemos hacer nunca en este caso es dejar pasar el tiempo, porque lo más probable es que esa infidelidad psicológica se convierta en una infidelidad física. Y esa sí que es difícil de perdonar.