El final de una obsesión sentimental


Una historia de amor cuando es positiva te hace sentir bien contigo mismo, en cambio, cuando estás metido en una historia poco gratificante, experimentas continuos cambios de humor ya que estás inmerso en un tobogán de situaciones que no siempre son coherentes. La ansiedad y los nervios frecuentes pueden ser emociones habituales en este tipo de situaciones. Pero además, un amor que se convierte en una obsesión puede llegar a producirte incluso, problemas de sueño y de descanso adecuado.

Un amor obsesivo es aquel que sabes que no te lleva a ninguna parte. Y que además, aun conociendo la realidad, tienes una especie de esperanza insana dentro de ti que te lleva a dar más y más y apostar de verdad por la otra persona. En ese caso, es importante dejar de actuar como si estuviese en tu mano el hecho de que la otra persona pueda llegar a quererte de verdad. Lo cierto es que nadie manda en el corazón ajeno ni tampoco en la mente.

Existen también otro tipo de obsesiones y son aquellas que se esconden detrás de un amor platónico. Existen casos de personas que llevan años esperando poder enamorar a una persona en concreto. Mientras esperan en silencio ser correspondidas, son incapaces de ver más allá, y conocer a otras personas que seguro que merecen la pena puesto que detrás de un amor platónico no existe nada más que una idealización que te hace sufrir y te aleja del aquí y del ahora.

Estás obsesionado con un amor cuando sólo piensas en ese tema, cuando tus conversaciones con tus amigos de confianza se limitan a esa temática y cuando hay algo dentro de ti que te impide disfrutar de aquello que tienes y sólo te fijas en aquello que te falta. Sin duda, la obsesión no es amor aunque, a veces, lo parezca.

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