Todo el mundo dice que los excesos no son buenos. El tema del que te hablamos hoy, confirma este dicho tan popular. ¿Te has fijado en la pasión desenfrenada que sienten muchas personas por el deporte? Da igual que sea futbol, baloncesto o el deporte que sea, el caso es que muchos fanáticos del deporte pueden estropear sus relaciones amorosas por querer más al deporte que a su pareja.
Si estás cansad@ de que tu pareja prefiera ir a ver un partido, antes que marcharos de cena o que esté escuchando toda la noche la radio sin dejarte dormir, lo que tienes que hacer es hablar con ella. Si a una persona le encanta el deporte debe saber planificar su día a día para que este no interfiera en su vida.
Como te hemos comentado en un sinfín de ocasiones, la comunicación en la pareja es algo imprescindible. Tanto el uno como el otro, debe contar como se siente y una vez expuestas ambas posturas, se deben buscar las soluciones adecuadas. Es normal que tu pareja se enfade si nada más llegar del trabajo te sientas frente al televisor para ver un partido de futbol, sea o no de tu equipo favorito.
Tampoco, la otra parte, debe prohibir completamente el seguimiento deportivo que realiza su pareja. Se debe encontrar el punto medio en todo. Ambos debéis intentar complementaros a la perfección por lo que si un día vais de cena y otro al cine, no está mal que otro día de la semana os sentéis a ver un partido que sea importante para tu pareja.