Tu nivel de felicidad no solo en el vínculo que tienes contigo, sino también en el lazo que tienes con los demás, implica la escucha atenta de tus emociones. Esta información puede quedar oculta bajo actitudes que son poco constructivas a nivel emocional. ¿En qué casos no te das el espacio necesario para escuchar tus emociones?
Exceso de trabajo
Cuando prolongas las jornadas en la oficina con las horas de trabajo en casa, caes en la dinámica de una agenda en la que no tienes tiempo para pensar en ti y en aquello que está produciendo algún tipo de respuesta interior. Esta es una de las razones por las que a veces ocurre que es precisamente en vacaciones, ante la ausencia de la ocupación laboral, cuando afloran vacíos y conflictos que no han sido escuchados durante el resto del año.
Dulces
La relación entre la alimentación y el estado de ánimo también está presente en el hambre emocional. A veces, cuando una persona se siente triste o ansiosa busca el estímulo inmediato de un capricho dulce. Es decir, en este tipo de circunstancia, el deseo de comer está muy motivado por el estado emocional del protagonista y no por el criterio nutricional de los hábitos de la dieta.
Compras
Salir de compras se ha convertido en un plan de ocio más para algunas personas. Sin embargo, la ilusión inicial de la compra no consigue cubrir otras carencias internas porque si algo define la sensación del consumo es lo efímero de ese momento. A un deseo le sucede otro.
Compañía constante
El autoconocimiento requiere de espacios de soledad en los que poner el foco de atención en uno mismo. Sin embargo, es posible evitar este objetivo deseable por medio de la búsqueda constante de planes sociales que alimentan la dependencia de la compañía externa.