El enfado es una experiencia muy humana tanto en las relaciones de pareja como en la amistad. Aristóteles nos recuerda, incluso, la sabiduría que existe en este acto: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”. ¿Cómo canalizar un enfado?
1. Dejar de estar enfadado también es una cuestión de voluntad
Un enfado puede llegar a enquistarse de manera significativa cuando dos personas dejan de hablarse al haber pospuesto esa conversación pendiente. Puedes buscar muchas excusas y razones para no dar el primer paso en esta charla, sin embargo, recuerda que, en última instancia, dejar de estar enfadado también es una decisión personal.
2. Transforma esta emoción en creatividad
El enfado refuerza la conexión con un mundo interior que irrumpe con fuerza a través de su expresividad emocional. Tal vez puedas transformar esta experiencia en un desahogo a través de la escritura o el arte. Es decir, quizá este instante pueda inspirarte.
3. Realiza cambios significativos en tu vida
Como hemos comentado, esta respuesta emocional tal vez deje una huella en ti que te dé una nueva idea para crear un poema, por ejemplo. Pero lo verdaderamente importante es que, cuando el motivo del enfado sea recurrente, intentes transformar esta inspiración en una fuente de sabiduría para hacer cambios en un ámbito tan importante como tu propia vida.
¿Qué decisión quieres tomar para que esta situación no vuelva a repetirse de manera tan habitual? Escucha esa emoción, atiende su mensaje y busca una respuesta.
4. Deja que la emoción se calme
No reprimas el enfado, al igual que tampoco debes evitar otras emociones que sientes de forma natural. La naturaleza de esta emoción aporta una especial intensidad al momento inicial de un enfado que irá remitiendo conforme pasen los minutos.