El aburrimiento resulta menos deseable que el estímulo de una sorpresa feliz. Sin embargo, todas las vivencias se complementan en su significado y huella emocional. Pese a que el aburrimiento, al igual que la rutina, puede llegar a interpretarse desde una mirada limitante, también tiene fortalezas. ¿Cuáles son?
Introspección
El balance de un tiempo en el que la sensación de aburrimiento describe una conclusión general del protagonista, puede llevar a esa persona a incrementar su introspección con el fin de generar cambios que deriven en nuevas circunstancias. Existe un tipo de aburrimiento que puede estar ligado al cansancio del estancamiento. Por ello, más allá de lo aparente, esconde una invitación para crear nuevas posibilidades después de escuchar el mensaje.
Descanso
En un momento como el actual en el que la ocupación continua describe la línea del tiempo de personas permanentemente ocupadas, revivir el aburrimiento significa redescubrir un estado humano que algunos adultos no se permiten sentir. Por tanto, el aburrimiento cuando no es una experiencia habitual, aporta un descanso que puede ser muy necesario.
Por el contrario, si esta percepción es recurrente, se produce la circunstancia opuesta del agotamiento. Esta percepción del tiempo produce una ruptura de ritmo respecto al guión de días que tienen el aliciente de la novedad.
Iniciativa
A veces, es en ese momento de aburrimiento cuando la persona toma la iniciativa de romper esa dinámica por medio de una decisión concreta. Por ejemplo, proponer un plan a algún amigo, leer un libro o salir a dar un paseo por el parque.
Creatividad
La inercia de un tiempo visto desde el prisma del aburrimiento puede conducir al descubrimiento de la realidad por medio de la creatividad que parte de explorar nuevas posibilidades y experimentar. Existen pasatiempos que son un ejemplo de ello. Por ejemplo, la escritura de poesía.