A la hora de proponer un plan a la pareja, a los amigos o a la familia, lo mejor de todo, es tomar la iniciativa. Es decir, dar el paso de proponerle un plan de ocio a esa persona, simplemente, porque a ti te apetece disfrutar de ese rato en común. Existen muchas personas que siempre quedan a la espera de los planes que proponen los demás, por ello, sienten frustración. Cuando te sientes libre a la hora de organizar tu tiempo libre en base a tus preferencias, entonces, descubres que tienes libertad de acción y que tu calidad de vida mejora de una forma notable porque tomas las riendas de tu agenda.
Avisa con tiempo suficiente a la otra persona para que te pueda concretar si le va bien o no el día fijado. De este modo, también le das la opción de que en caso de que no pueda en ese momento, te deje un hueco para otra ocasión. Los planes de última hora, en general, no tienen muy buen resultado porque hoy día, cualquier persona tiene muchos compromisos y obligaciones. En general, este tipo de planes deben quedar reservados para las personas más cercanas. Gente a la que conoces de verdad y con quien tienes mucha confianza.
Por otro lado, puedes proponer un plan no sólo llamando por teléfono sino también, a través del correo electrónico o de Facebook. También puedes esperar a tomar un café con la otra persona para proponerle el plan directamente, así también puedes ver su reacción para valorar si le hace ilusión o no.
En general, debes proponer un plan siempre pensando en los gustos de la otra persona. Por ejemplo, no le pidas a un amigo al que no le gusta el cine que te acompañe a ver la última película de moda.