Si en tu entorno tienes alguna persona que está pasando por un desamor, te será de gran ayuda conocer cuáles son las necesidades afectivas de ese momento para poder ayudarle mejor. Si tú mismo estás pasando por esta experiencia, este punto puede ser vital para superarte. ¿Cuáles son las principales necesidades del corazón en este momento?
Necesidad de ser escuchado
Alguien que vive un desamor sufre tantas contradicciones en su interior, tiene tal fuerza sentimental a nivel interno, que necesita las palabras para canalizar todo eso. Sin embargo, las palabras adquieren un mayor significado cuando se comparten con otro amigo. Es decir, la persona necesita sentirse escuchada de verdad.
Un estudio que fue llevado a cabo por Universidad de Wisconsin-Madison, que fue publicado en The Quarterly Journal of Experimental Psychologyal, concluye que hablar en voz alta también te ayuda porque te permite reforzar tus fortalezas cognitivas. Además, hacerlo también fomenta la introspección al conectar con tu voz interior.
Compañía
En relación con el punto anterior, una persona que sufre desamor necesita la compañía, el apoyo y la motivación de personas que están allí presentes, compañeros de vida en esta etapa de la existencia.
Soledad
La soledad, en paralelo con la compañía, es vital para fomentar la introspección. Una persona que sufre un desamor necesita estar a solas, desconectar de lo exterior y recrearse en su universo interno.
Descanso
El desamor en sí mismo resulta un tanto agotador, por esta razón, quien sufre un desengaño aprecia las bondades de un estilo de vida más tranquilo para poder respirar la calma de una rutina en la que las heridas hacen su propio reposo.
Paciencia
La paciencia es muy necesaria en este etapa, sin embargo, es más frecuente que la ira del desamor lleve a la impaciencia. Por esta razón, todo aquello que te ayuda a aprender a esperar en esta etapa resulta terapéutico puesto que te aporta cierta serenidad.
Las necesidades emocionales del corazón están en conexión con el cuidado que necesitas ahora mismo. Porque la pérdida afectiva produce un daño que necesita un duelo sanador.