Una relación de pareja no es una entidad indisoluble, es decir, en una pareja existen dos personas que viven, piensan y sienten de modo distinto. De hecho, en caso de que una persona sienta que es poseída por otra, no habrá una relación de verdad basada en la libertad. Y la libertad es aquello que aporta toda su riqueza a un amor de verdad.
Ello implica que debes animar a tu pareja para que cumpla y realice todos sus sueños, por tanto, debes darle su espacio y su tiempo para que pueda centrarse en sí misma. Si tienes una pareja a la que le gusta viajar, se sentirá afortunada de tener a alguien al lado que no pone inconvenientes a su afición. Más allá de que a ti no te guste recorrer el mundo.
El pensamiento lo cambia todo y te hace sentir más afortunado. ¿Qué debes hacer? En primer lugar, dar amor sin esperar un resultado concreto. En medio de las expectativas que se generan a través de la acción es habitual que una persona se centre más en aquello que espera recibir. Es decir, en el modo en que desea que se comporte el otro.
Sin embargo, es mejor que te liberes de cualquier tipo de expectativa, te centres en ti y en el proceso. Ya que además, una relación es un proceso de búsqueda constante. Presta más atención a las virtudes de tu pareja que a sus defectos. Disfruta de esos pequeños momentos que son los que hacen que la relación tenga un significado especial para ti. Aprende a escuchar las necesidades ajenas ya que así también comprenderás mejor algunos comportamientos. Crea un mapa mental que sea tu refugio de calma cuando la realidad no te gusta demasiado tal y como es. Disfruta de tu historia pensando en positivo.