Variaciones en el afecto


Muchas parejas al ser preguntadas sobre la sensibilidad, todas manifiestan que existen cambios frecuentes, lo que en psicología de pareja se llamavariaciones en el afecto hacia la otra parte, y es que estos saltos de humor, por llamarlos de alguna manera, imprevisibles, parecen estar relacionados con las condiciones de nuestro entorno laboral, nuestros problemas, fatigas, en pocas palabras, con ese estrés que a lo largo del día se acumula y que por la noche hay que sacarlo fuera.

A estos elementos externos que afectan en la vida de una pareja, también hay que añadir otros elementos si cabe más oníricos y sensoriales que se nos va de las manos al no ser conscientes de ellos y saber que están ahí también, como puede ser el ciclo lunar, que añade una sensibilidad particular de deseos exacerbados, suponiendo por ejemplo para la mujer que ama la luna llena de manera apasionada, una cierta melancolía, a veces con ganas de placer, o por el contrario una apertura repentina a sensaciones inexploradas.

Ciertamente hay otros ciclos que hacen variar la sensibilidad de los seres humanos, pero con intensidad demasiado débil como para que se pueda ser consciente de ello. No hay que dudar de que el tiempo y las estaciones tienen su influencia y de manera consciente o inconsciente nos producen variaciones afectivas. Basta con observar la influencia de la primavera en la energía sexual, y por supuesto aquello tan manido pero tan verdad de que con “la primavera, la sangre altera”.

Elementos externos, la influencia del ciclo lunar, y también otro ciclo, el ciclo menstrual. La pregunta del millón, ¿Se hace el amor mientras se produce? La mujer, a menos que su flujo sea muy abundante, no tiene problemas para hacerlo.

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