Ha transcurrido mucho tiempo desde que tu mejor amigo dejó de salir con su chica. Por aquel entonces la ruptura supuso un punto de dramatismo en su vida y le costó meses superar el trance. Y, ahora por casualidades del destino, esa misma mujer se interpone en tu camino como una musa de cuyos encantos es difícil escapar.
Sí… Te has enamorado locamente de la ex de tu mejor amigo. Quieres estar con ella ya que no hay nada que más desees con total fuerza, sin embargo no pretendes herir los sentimientos de un buen amigo.
Lo primero es sincerarse con el amigo y confiarle el renacer del amor en ti hacia la mujer que un día fue también algo de suma importancia. Tal vez las heridas de él y de ella hayan cicatrizado y las circunstancias te sonrían para iniciar una nueva aventura. Pero ¿qué ocurre que todavía persiste el dolor, incluso el rencor?
Una solución es olvidarte de “esa chica”, dejarla pasar. Hay demasiadas oportunidades que el futuro podrá en tu camino y de las cuales podrás disfrutar sin complicaciones.
Otra opción es inclinarte hacia la balanza del amor y perder la amistad. Y aquí te cuestionas si lo esencial es amar y ser amado, o prefieres que perduren los lazos amistosos de un ser querido que siempre supo estar a tu lado, en los buenos y malos momentos.
También debes asegurarte de los sentimientos de la chica ¿Realmente te quiere de verdad o está dando cabida a un juego para hacer daño a su ex?
Ante este panorama con multitud de posibilidades, la buena comunicación es una vía excelente ¿Y si decidís reuniros los tres y poner las cartas sobre la mesa? Si todos tenéis buena predisposición y sinceridad, las cosas saldrán bien.