Los momentos de soledad pueden ser muy agradables. De hecho, son nutritivos cuando fomentan el autoconocimiento. Pero existe una experiencia humana que puede producir el peso infinito del vacío interior. Así sucede en la añoranza ante la falta de compañía o relaciones significativas. Hay diferentes prejuicios sobre la soledad en la sociedad actual.
1. La soledad y su vinculación con la edad
Algunas personas creen que la soledad afecta principalmente a quienes han superado los 60 años. Es cierto que, a partir de una determinada edad, empiezan a producirse numerosas despedidas en el entorno más cercano. Sin embargo, el peso de la soledad también se materializa en la juventud.
2. Creer que alguien está solo porque así lo desea
Comprender la soledad con empatía puede ser todo un desafío cuando se percibe desde el punto de vista externo. A veces, es posible establecer interpretaciones muy equivocadas en torno a los motivos por los que una persona se encuentra en una situación determinada. Por ejemplo, es posible afirmar, a partir de algún prejuicio o estereotipo, que no pone de su parte para relacionarse con los demás.
3. Cuando la soledad se tapa con ocupaciones y distracciones
Los prejuicios y estereotipos sobre la soledad también muestran la visión negativa que algunas personas tienen sobre esta experiencia humana. Una experiencia que, en el estilo de vida moderno, puede intentar taparse con ocupaciones y distracciones constantes (pero no desaparece).
4. La soledad va más allá de la dimensión individual
Las causas, las consecuencias y las variables que influyen en la experiencia de la soledad en la sociedad actual deben analizarse más allá de su dimensión individual. Es decir, es importante contextualizar la realidad de un fenómeno que avanza en un periodo marcado por las nuevas tecnologías, la inmediatez y el individualismo. La soledad crece en las ciudades, pero también en los pueblos (condicionados por el efecto de la despoblación).