Cuando estás enamorado, sientes que en contacto con la naturaleza consigues proyectar la belleza de ese estado de ánimo interior. La naturaleza se convierte en un espejo de tu propia perfección anímica. Tus niveles de bienestar se intensifican en este contexto donde las mariposas en el estómago y las emociones propias del enamoramiento adquieren un lenguaje propio. Cuando estás enamorado vives la vida con intensidad, te agarras al presente como el mejor regalo. Sensaciones que también consigues experimentar en contacto con el poder trascendente de la naturaleza.
Tiempo para pensar
Una de las ventajas del contacto con la naturaleza es que consigues encontrar tiempo para pensar ahora que tanto lo necesitas. Es decir, el enamoramiento siempre va acompañado de la toma de decisiones. Y el contacto con la naturaleza te aporta un contexto terapéutico para pensar con calma y tranquilidad.
Adiós al estrés
Existen distintos tipos de estrés. Y el enamoramiento puede venir acompañado por la ansiedad amorosa. Es decir, por la duda de no saber cómo va a avanzar esa historia o por la tensión psicológica del miedo al rechazo. Cuando estás en contacto con la naturaleza te sientes amado por el universo. Integrado en ese todo cósmico que te abraza con su perfección infinita.
La naturaleza produce un efecto calmante sobre los miedos que duelen durante el enamoramiento. Y consigues conectar contigo mismo.
Comunicación de pareja
Las citas de pareja en un entorno natural te aportan la oportunidad para mejorar la comunicación gracias a un contexto de intimidad emocional. Igualmente, si te apetece hacer fotografías para el recuerdo de algunos de esos planes, la naturaleza, con su luz natural, ofrece una mayor calidad visual a las imágenes. De hecho, la naturaleza también te aporta inspiración para empezar a practicar el arte de la fotografía de paisajes que cambian su forma en cada estación.