La timidez es un rasgo que puede definir a una persona en muchos ámbitos de su vida o, por el contrario, solo en el amor. La timidez amorosa es aquello que siente el enamorado cuando se encuentra por la calle con su objeto de deseo y no sabe qué decir exactamente.
Los rasgos bonitos de la timidez
La timidez también tiene mucho encanto en el plano de la seducción porque la persona tímida tiene un toque de misterio en tanto que es imposible saberlo todo de esa persona fácilmente. El misterio despierta el deseo.
Del mismo modo, las personas tímidas son aquellas que tienen cualidades muy positivas, como por ejemplo, el saber estar de no hacer una pregunta indiscreta en una primera cita.
Una historia con una persona tímida está marcada por la progresión ascendente que va de menos a más, y así es como crece de verdad un amor fuerte. Existen parejas del siglo XXI que se dejan llevar por la prisa en el amor y construyen la casa por el tejado.
Cómo limitar la timidez
Existen diferentes grados de timidez y en el caso de aquellas personas que se sienten muy vulnerables ante el enamoramiento pueden llegar incluso a bloquearse por la presión excesiva. En ese caso, deja de idealizar al otro y piensa que al igual que tú, es una persona que tiene virtudes y defectos.
Del mismo modo, respeta tu ritmo interno, no seas exigente contigo mismo y ten paciencia. Conforme vas ganando confianza con la otra persona también te sientes mucho más cómodo. Si tienes amigos en común con la persona que te gusta, entonces, utiliza este punto a tu favor ya que los planes en grupo también son muy divertidos.
Una persona no se define, únicamente, por un rasgo. Por tanto, no reduzcas tu personalidad al hecho de ser o no ser tímido.