Existen distintas razones por las que una relación infeliz se prolonga en el tiempo más de lo deseado. Una de las más frecuentes es porque uno de los dos magnifica las acciones del otro. Es decir, en medio de tantas carencias, de pronto surge una especie de fantasía interior que lleva a la persona a ensalzar en exceso los detalles bonitos del otro, como una especie de mecanismo interior para compensar las carencias. En este tipo de situación incluso, puede ocurrir que el entorno próximo de pareja observe a nivel externo la mala relación de ambos, sin embargo, los protagonistas no observan la realidad de igual modo desde dentro. De hecho, con frecuencia, quienes son infelices en su relación, tienden a mostrar una cara diferente ante los demás.
Causas por las que la infelicidad perdura
Ya sea por miedo al qué dirán, por temor a la soledad o incluso, por el propio deseo de convencimiento interior de querer que todo fluya perfectamente. Es evidente que no es fácil asumir la propia decepción cuando se ha apostado por una relación hasta el punto de haber asumido un compromiso de matrimonio y haber formado una familia.
Sin embargo, si la infelicidad lo es tal en el sentido literal de la expresión, bien merece la pena tomar conciencia de que por encima de cualquier compromiso, cada persona merece ser feliz de verdad. Y generalmente, el principal foco de insatisfacción es que una persona siente que esa relación no le deja crecer, evolucionar y desarrollarse.
Un amor limitante
Existen muchas formas de machaque psicológico que pueden darse en las relaciones. Una de las formas más habituales es la de infravalorar los objetivos o ilusiones del otro, haciéndole sentir que esas ideas son ridículas. Una relación infeliz se prolonga más de lo deseado porque este tipo de historia roba, principalmente, la autoestima necesaria para tomar decisiones.