La comunicación sincera y clara alimenta el bienestar y la buena calidad de la relación. Cuanto antes, ambos os debéis comunicar con tranquilidad los sentimientos y pensamientos, sin acusaciones con respecto al otro.
Así no habrá motivo de discusión; un diálogo franco donde expreséis cómo os sentís, logrará seguir con una pareja saludable. La pareja que no soporte este nivel de charlas sin agresión no tendrá un buen futuro.
Animarse a expresar los sentimientos con total libertad incluso mencionar lo que no nos pueda gustar del otro y no inculpar a su pareja, puede costar bastante. Pero todo ayudara a construir una relación fuerte, cómoda y segura. Y recordad que nunca debéis utilizar tonos despectivos.
Tambien uno de los problemas que podemos encontrar en las parejas en conflicto es la dificultad para expresar afecto físico. Aunque resulte sencillo, dar un beso o un abrazo a tiempo, es imprescindible para el mantenimiento de la intimidad y a menudo se descuida y no se le da importancia.
Un gran error que puede llevar al fracaso después del matrimonio, son muchas las parejas que desestiman el afecto físico y cada vez se produce con menos frecuencia. Puede ser por tener muchas preocupaciones o muchas cosas que hacer, pero la verdad es que una vez que el compromiso se ha conseguido, el ambiente se relaja.
Es como si ya lo tuviéramos todo y no hubiera que trabajar más para mantenerlo.
Evidentemente es un gran error que puede llevarnos al fracaso absoluto. Los maridos se quejan de que sus mujeres no besan o abrazan lo suficiente, mientras que las mujeres se quejan de que sus tentativas para acercarse, son interpretadas por sus maridos como insinuaciones sexuales y no como expresiones de afecto.