El conformismo en la vida es bueno cuando aprendes a estar contento con aquello que tienes. Pero eso sí, cuando lo que tienes te da motivos para sentirte satisfecho. Es decir, a veces, el exceso de conformismo puede llevar unido el miedo de analizar la realidad tal y como es y afrontar la carencia. ¿Dónde te conduce el exceso de conformismo cuando es mal entendido?
En el plano del amor, puede que quedes preso en una historia poco gratificante, con muchos bajos y pocas subidas, es decir, con muchos momentos de tensión, malestar y apatía y pocos de pasión y alegría. Sin embargo, el miedo a la soledad puede ser enorme en muchas personas que ponen su valor en la persona que tienen al lado.
Por otra parte, el exceso de conformismo también puede que te convierta en víctima de un amor en el que das mucho más de lo que recibes por parte de la otra persona. En un caso así, te preocupas de tu pareja, cuidas de ella, te esfuerzas por hacerle la vida agradable, porque en el fondo, temes perderle. Por ello, quienes se han visto inmersos en este tipo de situación tardan mucho tiempo en explicar cómo se sienten y en pedir más a la otra persona.
Para finalizar, el exceso de conformismo también conduce a la falta de lucha para apostar por el cambio. Cuando hay algo de la vida que no nos gusta es bueno intentar buscar posibles remedios por cambiar la situación. Sin embargo, desde el conformismo se aceptan incluso las cosas menos bonitas. En cierto modo, el conformismo es una palabra que es incompatible con el amor entendido en su sentido pleno en tanto que no resulta nada romántica. En cambio, el inconformismo tiene ese ingrediente de rebeldía sana para luchar y para hacer que las cosas sean mejores.