Exceso de conformismo


El conformismo en la vida es bueno cuando aprendes a estar contento con aquello que tienes. Pero eso sí, cuando lo que tienes te da motivos para sentirte satisfecho. Es decir, a veces, el exceso de conformismo puede llevar unido el miedo de analizar la realidad tal y como es y afrontar la carencia. ¿Dónde te conduce el exceso de conformismo cuando es mal entendido?

En el plano del amor, puede que quedes preso en una historia poco gratificante, con muchos bajos y pocas subidas, es decir, con muchos momentos de tensión, malestar y apatía y pocos de pasión y alegría. Sin embargo, el miedo a la soledad puede ser enorme en muchas personas que ponen su valor en la persona que tienen al lado.

Por otra parte, el exceso de conformismo también puede que te convierta en víctima de un amor en el que das mucho más de lo que recibes por parte de la otra persona. En un caso así, te preocupas de tu pareja, cuidas de ella, te esfuerzas por hacerle la vida agradable, porque en el fondo, temes perderle. Por ello, quienes se han visto inmersos en este tipo de situación tardan mucho tiempo en explicar cómo se sienten y en pedir más a la otra persona.

Para finalizar, el exceso de conformismo también conduce a la falta de lucha para apostar por el cambio. Cuando hay algo de la vida que no nos gusta es bueno intentar buscar posibles remedios por cambiar la situación. Sin embargo, desde el conformismo se aceptan incluso las cosas menos bonitas. En cierto modo, el conformismo es una palabra que es incompatible con el amor entendido en su sentido pleno en tanto que no resulta nada romántica. En cambio, el inconformismo tiene ese ingrediente de rebeldía sana para luchar y para hacer que las cosas sean mejores.

La oposición entre mente y realidad


El amor está marcado por muchas dualidades y contrastes que al menos, aportan una gran riqueza vivencial a este sentimiento. Así sucede cuando una persona se niega a aceptar la realidad de los acontecimientos y ante la indiferencia, puede llegar a creer que existe una causa de interés real por la que el otro se muestra distante. Tal vez pueden existir momentos en los que los hechos no significan lo que parecen en realidad, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones es así. Es decir, no se necesita más sabiduría a la hora de vivir que la de aprender a analizar las palabras del otro y su lenguaje corporal.

Es decir, mientras que la realidad plantea sus propios límites, lo cierto es que la mente es capaz de ir contra cualquier obstáculo, sencillamente, porque en la imaginación, las cosas son como tú quieres que sean. De ahí surge la frustración al descubrir que nadie puede controlar la voluntad ajena ni influir en ella cuando hablamos de amor de pareja. De hecho, todo lo contrario, en caso de que llegues a agobiar a alguien lo único que puedes lograr es que se aleje.
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El enamoramiento te impide ser realista


El enamoramiento es estupendo, sin embargo, es importante hacer un gran esfuerzo a nivel racional por valorar la situación y las expectativas. Por ejemplo, es habitual que cuando te gusta una persona tiendas a proyectar todas tus ilusiones sobre la otra persona, incluso, puedes llegar a idealizar al otro cuando en realidad no sabes cómo es de verdad. Cuando no hacemos un esfuerzo por ser realistas, podemos llegar a perder meses o años de nuestra vida con una persona que no merece la pena, o que, sencillamente, no nos corresponde de la misma forma.

¿Qué significa ser realista? Dejar que la realidad hable por sí sola, es decir, no adelantarte a los acontecimientos sino disfrutar de la evolución de una historia asumiendo la incertidumbre de no saber qué sucederá. Observar es el mejor modo de conocer y de interpretar la realidad. De hecho, así funciona la ciencia, a través de hipótesis que luego se contrastan con la realidad, y de este modo, se confirman o no.
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