Cinco rasgos de los suegros perfectos


Si tener una relación de pareja feliz es motivo de bienestar personal, del mismo modo, también es un signo de felicidad tener una relación cordial con tu familia política, especialmente, con tus suegros. La relación que mantienes con tus suegros también puede afectar de un modo negativo o positivo a tu relación de pareja. ¿Cuál es el comportamiento ideal de los suegros perfectos?
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Ideas para triunfar en las reuniones familiares


Al final, una familia es tan extensa que como sucede en la vida misma, tienes personas con las que te llevas mejor y otras con las que no te sientes tan bien. Por ello, cuando tienes pareja y tienes que conocer a toda su familia puedes sentir cierto vértigo ya que en cierto modo, siempre prefieres estar con tus padres o tus hermanos antes que con los suyos. Para afrontar las reuniones familiares hace falta mucho sentido del humor y también generosidad. Es decir, entender que eso es algo importante para una de las personas que más quieres. Y que también agradeces que el otro haga lo mismo por ti y trate con educación y cariño a tus seres queridos más cercanos.

A la hora de afrontar las reuniones familiares siempre debes intentar sentarte en la mesa junto a alguien con quien sabes que estarás bien y que tendrás conversación. Sin duda, también puedes apostar por temas de conversación que no sean demasiado trascendentales para que todo el mundo pueda participar sin miedo a conflictos ni a peleas.
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En sintonía con tus suegros


Toda pareja que mantiene una relación favorable con sus suegros, vive con más entusiasmo su convivencia. Tener presente que existen infinidad de estilos de comportamiento te ayudará a comprender los modos de actuar de los progenitores de tu pareja.

La historia personal que cada persona arrastra se basa en el modelo educacional que sus padres le inculcaron. Hay padres que experimentan la denominada “etapa del nido vacío” de una forma gratificante: Dejan que sus hijos se independicen sanamente y esto les aporta el inicio de un nuevo ciclo con el compañero/a. Sin embargo, la situación más común adquiere matices borrascosos. De hecho, se tiende a adoptar un papel intrusivo a la hora de la toma de decisiones en la pareja que ha constituido el hijo/a.

La convivencia sana con los suegros se da cuando fluye el amor hacia los propios padres y el respeto mutuo… Y esto se produce porque cada miembro ha logrado una posición social en el seno de la familia. Los aprendizajes entre padres e hijos son mutuos. Incluso, los miembros de la pareja más mayores pueden hacerse cargo del cuidado de los nietos o apoyar a sus hijos en diversos proyectos. Al fin y al cabo todos los implicados tienen su recompensa, ya sea emocional, económica o social.

Pero un número significativo de parejas han acabado en ruptura por una influencia tormentosa y constante de los suegros. La dinámica de la nueva vida familiar puede verse afectada negativamente por personas ajenas a la pareja. Están los suegros que se entrometen con la nuera o el yerno indicándole el modo más correcto de educar a sus críos. Pero tan malo es eso como el desapego radical de aquellos suegros que se niegan a convivir con los hijos y nietos, privándose de compartir excelentes momentos y establecer un vínculo afectivo saludable.

En definitiva la resolución de los conflictos debe recaer exclusivamente en los miembros que forman la nueva pareja… Los suegros sobran.