La vestimenta indica una posición determinada o estatus, teniendo también su propio lenguaje, incluido por supuesto el sexual. Las mujeres están acostumbradas a clasificar a otras mujeres solamente con echarles un vistazo, igual que de un hombre se pueden hacer casi siempre una ligera idea de como es nada más ver su indumentaria. El vestido ya no es sólo una prenda de protección y de pudor, es un adorno y un objeto de comunicación.
La mujer se encuentra cómoda con unos trajes y colores, y no con otros, por decirlo de alguna manera, se siente más segura. Cuando sale de fiesta y quiere estar seductora, se arregla y se pone una prenda concreta, aquella que sabe que le da confianza y que de una manera u otra quiere decir a los demás muchas más cosas de las que a veces imagina.
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