El respeto en una relación de pareja empieza por uno mismo. Es decir, respétate a ti mismo, hazte valer y quiérete. Así mostrarás un grado de coherencia y de amor propio ideal en tu pareja. No significa que por el hecho de no valorarte a ti mismo, tu pareja, no lo vaya a hacer. Sin embargo, sí existen más opciones de ser víctima de una relación destructiva, tóxica y dañina a partir de una baja autoestima. El respeto es básico en una relación de pareja porque favorece la comunicación adecuada, por ello, merece la pena hacer balance de la relación con cierta regularidad y hacer autocrítica en caso de no estar satisfecho con ciertas situaciones que se producen en una relación: discusiones generalizadas, palabras que no deberían decirse, gestos que te hacen sentir humillado… En ese caso, conviene hablar claro para saber qué está pasando.
El respeto es una palabra que se utiliza con mucha facilidad y que muchas, veces, queda en un segundo plano en una relación cuando se empiezan a justificar cosas que en realidad, son injustificables. Desde dentro de una relación, a veces, se pierde la objetividad para entender que existen rasgos que no tienen nada que ver con el amor, por tanto, cuando alguien no te trata como mereces, no te conformes con una historia que no te hará feliz.
El respeto se tiene que poner en práctica en todos los órdenes de la vida: familia, amigos, trabajo, vecinos… Pero por supuesto, cuanto más convives con una persona más puedes sufrir de una forma directa los efectos de la falta de respeto por su parte. En ese caso, recuerda que eres una persona valiosa y que si tú no te haces vales, nada va a cambiar. En más de una ocasión, la ruptura es la mejor solución porque mejor solo que mal acompañado.