Dar valor a la belleza interior


La belleza interior es la que pervive en una persona a lo largo de los años y no tiene fecha de caducidad. De hecho, mientras que con el paso del tiempo pueden surgir nuevas arrugas en el rostro, en realidad, el nivel de belleza interior puede crecer como consecuencia de la madurez, la experiencia de la vida, los buenos sentimientos, las amistades que te rodean… Por ello, a la hora de tener pareja, más allá de que la atracción también tenga un poder importante, conviene aprender a dar más valor a la belleza interior, dejar atrás los prejuicios para dar una oportunidad a alguien que puede que no sea tan atractivo físicamente, pero que tiene un gran encanto personal. ¿Cómo dar valor a la belleza interior?

En primer lugar, valorando cualidades que son las que de verdad hacen que tu vida en convivencia sea más agradable: es de valorar que la otra persona sea generosa, humilde, tenga un buen carácter, te respete, te ayude a mejorar, te comprenda… La belleza interior se ve enturbiada por los defectos pero cualquiera tiene limitaciones. Sin embargo, desde la vanidad individual, los defectos ajenos adquieren unas dimensiones desproporcionadas, y se pierde la perspectiva objetiva del propio modo de ser. Por ello, agradece el esfuerzo que tu pareja hace por sobrellevar tus propias dificultades emocionales.

En la mayoría de las ocasiones, son los prejuicios los que impiden que alguien, en un primer momento, pueda ir más allá de la apariencia estética para conocer mejor al otro. Muchas veces, en base a dichas etiquetas, te pones la barrera mental de no dejar que la otra persona pueda llegar a ti de verdad. Sin embargo, la experiencia tarde o temprano te muestra que lo que de verdad vale en una relación es que la otra persona tenga un buen corazón porque eso tiene más peso en tu felicidad que el color de sus ojos.

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