El propósito de la amistad después de la ruptura no es viable en todas las circunstancias, pero existe un momento en el que esta cercanía resulta deseable: tras el divorcio de quienes, previamente, formaron una familia. ¿Cómo recorrer este camino para superar el dolor y afianzar los cimientos del nuevo lazo afectivo?
1. Vive el proceso de duelo
Al hablar de amistad después del dolor conviene recordar que este proceso no es automático, sino que se experimenta de manera gradual. El duelo te ayuda a despedirte de este proyecto de vida compartido en común para tomar las riendas de tu destino mediante el compromiso contigo mismo. Por tanto, vive este periodo respetando tu ritmo interno (que puede ser diferente al de tu ex).
2. Identifica las prioridades de este nuevo tiempo
Comienzas otra etapa en tu vida. Reflexiona sobre cuáles son tus prioridades en este momento. El bienestar de tus hijos ocupa un lugar muy importante en tu felicidad. Pues bien, para propiciar el bienestar emocional de los niños, es esencial que observen una buena relación en sus padres.
Cuando recuerdas las causas del divorcio conectas con aquella parte de la historia que provocó este punto de inflexión definitivo. Sin embargo, cuando observas la felicidad de tus hijos, recuerdas que ellos son lo mejor de vuestra historia en común.
3. Redescubre a la persona con la que has compartido tu vida
Has compartido tiempo de tu vida en común y tal vez creas que lo sabes todo sobre la otra persona. Pero ahora no convives con él/ella, ni tampoco compartes el mismo nivel de compromiso que antes. El contexto actual es diferente. Por ello, esta es una buena oportunidad para conocer sus cualidades y, a su vez, para dejarte conocer tú.
¿Cómo ser amigos después del divorcio? Haciendo que este objetivo sea posible por ambas partes sin buscar excusas constantes para boicotear una posible buena relación.