El propósito del optimismo no surge de la nada. El proceso de transformación personal que tiene como meta el pensamiento positivo integrado en la filosofía de vida implica al propio protagonista. Existen muchos motivos que pueden poner a prueba este optimismo. Por ejemplo, una mala racha, noticias tristes, dificultades personales… ¿Cómo empezar a ser un poco más optimista?
Haz espacio al optimismo en tu vida
¿Cómo puedes integrar este ingrediente en tu existencia? A través de historias de superación en cine, mediante la lectura de biografías de personas admirables, a través del contacto frecuente con el teatro, mediante los planes al aire libre, en las conversaciones con los demás…
Por tanto, para alimentar esta forma de interpretar la realidad es muy importate que nutras esta semilla con distintas expresiones de optimismo.
Decisión personal para ser más optimista
El optimismo no es una forma de autoengaño, pero para llegar a ser más optimista, uno mismo tiene que hacer algo para poder serlo. Por ejemplo, es posible reducir el espacio invertido en quejas por el espacio destinado a la gratitud. Y al cultivar el agradecimiento también es especialmente recomendable poner en valor cuestiones básicas y sencillas de cada día. No condiciones tu optimismo a acontecimientos extraordinarios porque lo verdaderamente extraordinario está ocurriendo ahora mismo a través de la aventura de la vida.
Muchos miedos nunca se hacen realidad
Una persona puede sufrir de forma anticipada por miedos que producen malestar. Temores que apuntan hacia una realidad que, en muchos casos, nunca llega a materializarse en el plano de la experiencia del futuro. Por ello, este tipo de miedo es una forma de ladrón de energía que te aleja de la realidad optimista del presente. ¿Puedes identificar algún temor que se repite de manera frecuente? El futuro solo existe de manera potencial, por el contrario, aquello que verdaderamente está sucediendo es el presente. ¿Por qué dejar que el mañana interfiera en este día?