Cómo aprender a decir no con libertad


Aprender a decir no es uno de los pasos que más cuesta en la relación de pareja, en los vínculos de amistad y también, en la familia. ¿Por qué cuesta tanto dar este paso? Porque muchas personas temen defraudar las expectativas del otro a través de esta negativa. Uno de los pasos más importantes es reconocer que cuando decimos no a la petición de otra persona estamos rechazando en ese momento dicha petición pero no a la persona en sí misma. Además, aprender a decir no a los demás es base necesaria para que otros también nos digan que no y aceptemos de un modo natural esta interacción. ¿Cómo aprender a decir no con libertad y sin sufrimiento?

Elabora una lista de las cosas a las que quieres decir no

Identifica tus puntos débiles, ese talón de Aquiles que te bloquea. Por ejemplo, elabora una lista de aquellas cosas a las que te gustaría decir no y a las que terminas diciendo que sí. Lo cierto es que cuando actuamos de este modo, es decir, cuando deseamos decir no pero hacemos lo contrario, nos generamos una carga de estrés, frustración y malestar con nosotros mismos.

Anotar por escrito todo aquello a lo que quieres decir no puede ayudarte a visualizarlo, además de darte fuerzas para dar el paso. Lo ideal es que una vez escrita tu lista, la leas varias veces (tantas como necesites) en voz alta.

Entrenamiento práctico

Como cualquier otro tipo de aprendizaje emocional, aprender a decir no es una experiencia práctica que tendrás que entrenar si quieres adquirir la habilidad de sentirte seguro y confiado. Puedes marcarte pequeños retos. Por ejemplo, puedes comenzar diciendo no a algunas propuestas de personas de tu confianza con las que te sientes más seguro y no te asusta tanto las consecuencias que puede tener tu negativa. ¿Qué es lo peor que puede pasar en el caso de que le digas que no a la petición de un amigo? Piénsalo y ya verás cómo logras relativizar la respuesta.

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