En la vida, no sólo existen las puertas y ventanas en tu casa y en los edificios que ves en la calle. También existen puertas que pueden estar abiertas o cerradas a nivel anímico. En una situación de decepción, cierras dicha puerta con cerrojo y candado a los demás con la sensación de no volver a abrirla nunca. Así sucede cuando pierdes tu fe y tu esperanza en la gente.
Por esta razón, también en el amor se da este proceso. Después de una ruptura, es normal que necesites un periodo de duelo en donde te cuestiones, incluso, si algún día podrás volver a amar de nuevo. Pero el tiempo es sabio y poco a poco, va curando las heridas hasta que un día, las cicatrices dejan de dolerte.
En ese momento, te das cuenta de que la puerta que antes estaba cerrada comienza a abrirse poco a poco de una forma muy positiva desde un punto de vista mental. Te sientes más feliz y alegre, el capítulo negro de tu vida quedó definitivamente atrás porque te sientes capaz de recibir tu futuro sin miedo.
Abre las puertas de tu vida en todos los sentidos porque sólo así podrás darte cuenta de todo lo bueno que existe a tu alrededor. Tal vez, existe alguien que tiene interés en ti y ni siquiera te habías dado cuenta al estar encerrado en tu yo interior. Tener las puertas del alma abierta no tiene nada que ver con ser prudente y sensato, es decir, no todo el mundo es bueno, por ello, debes aprender a depositar tu confianza en las personas adecuadas.
Al final, no es bueno vivir a la defensiva, es decir, es mejor vivir asumiendo el riesgo de que alguien te decepcione que no darte la oportunidad de amar.
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