Cinco emociones presentes el día de la boda


El día de la boda es una jornada marcada por la ilusión. ¿Cuáles son las cinco emociones más habituales en esta jornada para el recuerdo? Sin duda, el compromiso de decir sí quiero y hacer una promesa de eternidad está marcado por sensaciones de vida.

Alegría

La alegría es un sentimiento habitual en el día de la boda porque la persona se siente afortunada por ser protagonista de una historia de amor con potencial de futuro. Siente la emoción del amor correspondido, el equilibrio de dar y recibir.

Ilusión

Surge la ilusión por compartir un día feliz en compañía de los seres queridos y amigos más cercanos. Cada pareja decide organizar un enlace nupcial que se ajusta a sus expectativas. Hay parejas que prefieren vivir una boda multitudinaria mientras que otras buscan un clima más íntimo.

Curiosidad

La curiosidad ante las novedades de la nueva etapa del amor también están presentes en el día de la boda que se vive como la consolidación de un amor que seguirá evolucionando en el mañana.

Gratitud

Durante el día de la boda, renace el sentimiento de gratitud hacia la pareja. Es la gratitud por estar hoy, aquí y ahora. La manifestación del amor conecta con esta afirmación romántica: «Gracias por existir». Es decir, cuando una persona ama de verdad, se siente afortunada por cómo este amor ha influido en positivo en el destino individual.

Amor

Durante el día de la boda, el amor se percibe en todos los detalles, incluso, en la elección de la decoración del evento. Se busca que todo esté perfecto, que cada detalle sea una proyección del estado de ánimo de un día único.

Las emociones del día de la boda se viven más allá del día específico. En un primer momento, a través de la anticipación en los preparativos. Y después, a través del recuerdo.

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