En el interior de cualquier persona existe un deseo universal de sentirse amada y querida por los demás. Así queda de manifiesto, por ejemplo, en el deseo de querer ser aceptado por un nuevo grupo de amigos. La soledad es muy positiva y una necesidad vital en su dosis justa, la realidad es que cualquier persona vive más feliz en compañía. Una persona se siente mejor consigo misma cuando está integrada en su entorno.
Para recibir amor, también tienes que darlo
La necesidad de cariño es compleja porque existen momentos en los que una persona puede querer recibir más atención de la que tiene o incluso, también existen personas que necesitan recibir más atención de la que dan (y cuando no son protagonistas del grupo se frustran). La necesidad de cariño es vital, sin embargo, conviene recordar que ese cariño comienza por uno mismo.
Esta es la única forma de no caer en relaciones de dependencia y también, es el único modo de recordar que la mejor forma de actuar es ser coherente con tu propia ética personal . El deseo de querer agradar a los demás debe de tener un límite claro: nunca tienes que hacer algo por agradar a los demás si ese algo va en contra de tus propios principios o simplemente, se trata de algo que no quieres hacer.
Un proceso de crecimiento personal
La excesiva necesidad de cariño puede tener su causa en una baja autoestima o en carencias afectivas arrastradas durante un tiempo prolongado. Afortunadamente, cualquier persona está a tiempo de empezar a quererse más a sí misma, al margen de la edad o de sus circunstancias. Lo importante es buscar los recursos de apoyo necesarios para iniciar el proceso de cambio. Por ejemplo, participar en un curso de crecimiento personal puede ser una buena medida.
cuando era pequeño no sabia como definir esa carencia ahora que soy mayor, se como llamarlo pero e aprendido a vivir sintiendo la necesidad de cariño y reconocimiento. aprendí a no dejar que me consuma pero se a vuelto una guerra constante.