El trabajo es muy importante en la vida de una persona como un medio de desarrollo profesional y como un componente fundamental de la felicidad. Sin embargo, el trabajo mal interpretado también puede convertirse en fuente de conflicto de pareja como sucede en aquellas personas que adoptan un rol de competitividad interno con el otro. Esta actitud es más propia de personas que asocian su valor personal con la actividad constante y con los resultados externos. ¿Cómo evitar la rivalidad profesional en pareja?
La importancia de la admiración mutua
Existe un sentimiento mucho más bonito que la competitividad y es la admiración de sentir que estás con alguien que tiene un gran talento. Todo ser humano tiene un don, algo que le hace especial. Si tú como pareja admiras a la persona que tienes a tu lado y lo demuestras de una forma positiva, entonces, también estás alimentando su autoestima.
Los méritos de tu pareja son suyos pero en tanto que la esencia del amor es compartir, cualquier alegría externa también suma a tu vida nuevas ilusiones. Cuando quieres a alguien de verdad te alegras por todo lo bueno que le pase y te entristeces por sus fracasos.
Educar el carácter
En ocasiones, el espíritu competitivo puede surgir de algún valor interiorizado en la niñez como consecuencia de una educación estricta, por ejemplo, la presión por demostrar ser el mejor. Desde la perspectiva adulta, siempre tenemos la posibilidad de hacer cambios en nuestra conducta y dejar atrás ciertos hábitos. Un cambio personal nunca es sencillo pero solo cambia aquel que quiere hacerlo de verdad.
La competitividad profesional genera distancia porque está asociada con el perfeccionismo crónico que produce una sensación de eterna insatisfacción interior. Transforma esta actitud por el deseo de compartir con tu pareja tus sueños, tus ilusiones y proyectos. Y a su vez, anima a tu pareja en el cumplimiento de sus logros.