La empatía se define de una forma habitual como la capacidad que tiene una persona de ponerse en el lugar de otra. Por tanto, se trata de una habilidad más que necesaria en una relación de pareja en la que no solo se deben analizar los intereses individuales sino también, el punto de vista del otro. ¿Cómo tener empatía?
Habla menos y escucha más
Con frecuencia, podemos hacer lo contrario. Es decir, ante el deseo de convencer a otra persona de nuestro punto de vista, podemos realizar discursos muy elaborados. Sin embargo, cuando actuamos así nos privamos de la posibilidad de aprender del punto de vista ajeno que puede ser muy enriquecedor.
Por ello, para ponerte en la piel de tu pareja, puedes comenzar por hablar menos y por escuchar más. Entendiendo que existe una gran diferencia entre oír y escuchar. Para hacerlo, apaga la televisión y el teléfono móvil y concéntrate en la conversación.
Escucha los silencios
En una conversación de pareja importante no sólo importa aquello que se dice sino también aquello que no se dice. Por tanto, intenta empaparte de la riqueza del silencio para captar su significado. Es un entrenamiento que se adquiere dando valor al sentir y a la intuición y no solo al juicio racional.
Ponte en su lugar
La mejor forma de practicar la empatía es realizar el ejercicio imaginario de ponerte en los zapatos del otro para conocer cuál es su situación concreta, cómo le afecta el tema y cuál es su historia personal. Para ponerte en el lugar de tu pareja tienes que partir de la premisa de que no existe un único modo de interpretar una misma realidad.
Por ello, para buscar soluciones ante un conflicto, podéis elaborar una tormenta de ideas integrando distintas alternativas. Para ponerte en el lugar de tu pareja, puedes abrazarle para romper la distancia emocional.
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