Existen personas que han terminado desencantadas de la vida en pareja, por ello, han optado por vivir solas y disfrutar de su propia autonomía al alquilar o comprar una vivienda. En ese caso, la mayor satisfacción de las personas que viven solas es la de descubrir su propia autonomía e independencia para vivir de verdad con un buen nivel de bienestar emocional. Cuando una persona descubre que no necesita a nadie más para poder vivir, también se siente satisfecha porque valora su esfuerzo y su madurez.
Tienes más espacio para ti
Una de las ventajas de vivir solo es que tienes más espacio para ti, además, cuentas con una libertad total en casa para invitar a quien quieras y poder improvisar planes en cualquier instante. En cambio, cuando se convive con alguien hay que tener en cuenta a la otra persona y conviene negociar.
Además, tú preparas el menú que quieres disfrutar cada día pensando solo en tus gusto. En cambio, cuando convives en pareja tienes que pensar también en los deseos del otro. En relación con las tareas de la casa, solo tienes que ordenar las cosas que tú has desordenado pero no tienes que sufrir enfados por encontrar cosas fuera de su sitio en caso de convivir con alguien que es muy desordenado.
Dispones de más autonomía
Dispones de más autonomía cuando vives solo. Puedes sumar a planes inesperados en el último momento con más facilidad que si ya has formado una familia. Del mismo modo, tienes más libertad de horarios porque la única persona frente a la que tienes que rendir cuentas eres tú mismo.
Puedes decorar la casa a tu gusto, cuentas con mucho más espacio en el armario para poner tu ropa, organizas tus gastos como tú quieres.