Al igual que el enamoramiento es un momento de la vida bonito en el que recuperas ilusiones que creías que habías perdido, también sucede la situación contraria. En ocasiones, en medio de una relación de pareja negativa o poco gratificante, la soltería se convierte en ese estado perfecto en el que estar y empezar de nuevo con ilusión disfrutando de privilegios emocionales como la libertad de hacer lo que uno quiera sin tener que dar explicaciones a nadie. O también, la libertad de vivir sin tener que hacer planes con alguien que ya no te gusta.
Es como recuperar tu verdad interior, conectar contigo mismo y cortar las cadenas que te mantienen atado a una parte de ti que ya no te gusta porque has evolucionado y has cambiado por dentro. Ya no quieres lo mismo de hace unos años, por ello, ante el cambio, la soltería es una puerta nueva que se abre hacia la libertad y hacia la capacidad de reflexionar en profundidad sobre los deseos más íntimos.
Recuperar la soltería no es una tragedia, al revés, es una fuente de bienestar para todas aquellas personas que no están satisfechas con su relación de pareja. Es cierto que algunas personas llevan muy mal la soledad hasta el punto de que podrían preferir estar mal acompañadas, antes que solas. Sin embargo, acomodarte a esa situación solo te hará ser infeliz y también, te ayudará a no valorar el amor en su contexto justo y adecuado.
Tras un desamor lo adecuado es recuperar la soltería pensando en positivo. Por ejemplo, pensando en la tranquilidad de empezar de nuevo, en la posibilidad de hacer nuevos amigos y tener nuevos planes. Además, como persona adulta, autónoma e independiente lo ideal es aprender a estar solo como una fuente de bienestar en muchos momentos.