Cansado de la gente


Existen temporadas de la vida en las que uno tiene la sensación de no poder esperar nada de los demás. En ese tipo de situaciones, surge la sensación de estar cansado de la gente, es decir, de sentir el vacío y el aburrimiento al estar con los demás. En esencia, nadie se agota de estar con personas buenas y valiosas, sin embargo, este cansancio es interior, es un dolor que resuena con fuerza al compás de las decepciones de conocidos, amigos, familiares y claro está, también de los fracasos sentimentales. Cuando uno está agotado de tanto dolor existen dos opciones: cerrar la puerta a la esperanza de las relaciones sociales, o por el contrario, tener una actitud receptiva y abierta. No resulta justo juzgar a las personas antes de conocerlas, es decir, siempre tienes que dar una oportunidad a alguien que puede aportarte algo bueno.

Por otra parte, en caso de que tu dolor por las decepciones sea excesivo, debes tomar esa señal como una fuente de prudencia. Es decir, a partir de ahora tiene que protegerte más. Cuidar de ti, no abrir tu corazón tan fácilmente a la primera persona que se acerque. Ser bueno es fantástico, sin embargo, hay que entender que no todo el mundo lo es, o que no todas las personas tienen buenas intenciones o son transparentes.

También existen las relaciones de utilidad o el cariño más superficial. Por otra parte, conviene que no te generes expectativas hasta que la otra persona no te demuestre que es alguien que vale la pena. De lo contrario, el golpe emocional puede ser muy potente. No quieras hacerlo tú todo solo, es decir, deja que las personas te den, tomen la iniciativa en los planes, muestren que quieren conocerte… Cuando estés cansado de la gente, descansa y céntrate en ti.

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