Atracción emocional o anímica


La atracción es una de las mejores cosas de la vida en relación con el ámbito interpersonal. No siempre se reduce al plano del amor sino también, de la amistad o incluso, de la admiración profesional. Todos tenemos un referente dentro de nuestra profesión, un modelo a seguir. Sin embargo, en el plano del amor, la atracción emocional muestra, sencillamente, que se puede ir más allá de lo físico para centrarte en el ámbito anímico del otro.

La atracción emocional está basada en el modo de ser de la otra persona, en los valores que transmite, en cómo te trata y te hace sentir cuando estás a su lado. Sin duda, se trata de ese tipo de belleza, que a diferencia de la física, no muere. Al revés, la belleza interior puede crecer hasta el infinito al compás del conocimiento, las nuevas experiencias, la sabiduría práctica. Es evidente que alguien que te atrae a nivel emocional también tiene que parecerte interesante en el plano físico en caso de que le veas como una potencial pareja.

La atracción emocional te aporta grandes momentos. En general, cuando una persona te parece poco interesante te puedes aburrir a su lado porque habrá muchos silencios y pocas cosas en común. En cambio, cuando alguien te atrae de verdad, las horas se quedan cortas ante todo lo que tenéis que deciros. La conversación es súper gratificante en este tipo de situaciones.

Por otra parte, la atracción emocional también produce sentimientos muy agradables como: alegría, ilusión, sorpresa, esperanza, compañía, felicidad… Para poder llegar a sentir dicha atracción emocional es esencial dar tiempo al tiempo para conocer a las personas, es decir, nadie se muestra tal y como es y no da todo de sí mismo en un primer momento. Se trata de algo lógico en base al valor que tiene la intimidad.

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