La expectativa de la felicidad adquiere formas diferentes. Muchos instantes de verdadera felicidad son breves y pasajeros. En esencia, todo pasa y nada permanece para siempre. Sin embargo, más allá de la emoción, existe una base más sólida que te invitamos a afianzar con estos consejos básicos.
1. Asume que tu felicidad depende de ti
Aceptar esta afirmación implica una gran responsabilidad. Sin embargo, para avanzar en el camino de la ilusión, conviene mantener el foco en aquello que depende de uno mismo. Si crees que serás más feliz a partir de aquello que haga alguien de tu entorno, estás delegando tu capacidad de decisión en terceras personas.
2. Expectativas realistas
El deseo puede ser infinito y, en ocasiones, inalcanzable. En ese caso, las expectativas que no se ajustan a lo posible, alimentan la frustración. Por el contrario, cuando pones en valor los momentos sencillos del día a día estás alimentando la gratitud. En ocasiones, el primer paso para afianzar la felicidad reside en ajustar la expectativas.
3. Crea tu felicidad
Deja de esperar que algo extraordinario suceda casi como por arte de magia, y ponte en movimiento para crear nuevas oportunidades como protagonista de tu propia vida. Es decir, eres un creador de nuevas posibilidades mediante tu voluntad, tu compromiso, tu imaginación y tu constancia. La capacidad de crear no es infinita, las circunstancias forman parte del plano de la acción. Pero puedes ir más allá de tu zona de confort si realmente lo intentas.
4. Decide y actúa en presente
Todo aquello que dices que harás para ser feliz, queda en el plano teórico si no lo concretas en los hechos. Por el contrario, cuando actúas en presente, influyes en la realidad.
5. Cultiva tu autoestima cada día
Mereces disfrutar de muchos momentos de felicidad. Por tanto, recibe todo lo bueno que llegue a tu vida.