Una persona puede sentirse tan atrapada en su rutina de siempre que tal vez crea que no le queda tiempo ni energía para concentrarse en el objetivo eternamente pospuesto de redirigir su vida hacia un nuevo punto deseado. Los hábitos requieren esfuerzo porque solo se consolidan a través de la constancia. Después de un divorcio, incluso la fuerza de voluntad puede resentirse. ¿Qué puedes hacer para mejorar tu vida entonces? En Son Pareja te damos ideas.
No digas sí cuando quieres decir no
El ser humano está lleno de contradicciones. Cuando rechazas la petición o la idea de otra persona no estás realizando un ataque personal sino un acto de libertad al no aceptar esa propuesta. Dos palabras tan breves como sí o no pueden transformar tu vida si te animas a abrir más puertas y construyes límites que están alineados con tus verdaderos deseos.
El hábito de la gratitud
Vive sintiendo que este es el mejor momento de tu vida. Ese momento en el que las sorpresas también forman parte del destino. Concede menos importancia a la edad y más a la vida a través del presente. De este modo, tu gestión del tiempo aumenta.
Hábito de la amistad
En cualquier momento de la vida, la amistad es terapéutica. Sin embargo, en un momento como este todavía lo es más. Tus mejores amigos son aquellos que traen a tu presente el aliciente de la ilusión y la resiliencia.
Recuerda momentos felices
Cuando una imagen triste del ayer venga a tu mente, rescata una escena alegre y visualiza en tu mente aquel momento. Puedes convertirte en coleccionista de momentos felices dejando en un segundo plano aquella información que fue sinónimo de dolor.
Estos hábitos son resilientes frente al dolor de un divorcio que marca el comienzo de una nueva etapa.