La ley del cambio es una constante en el mapa de tu realidad. Esta es una de las razones por las que, para ser feliz, necesitas empezar a entrenar tu actitud interior. Y el optimismo, que no debe confundirse con el autoengaño de un ideal imposible, es la mejor respuesta ante el desamor, las desilusiones y otros factores que te afectan personalmente. ¿Cómo rendir homenaje al optimismo a través de tu modo de ser?
Céntrate en tus virtudes
Nadie puede ignorar que tiene defectos, sin embargo, el pesimista es aquel que confunde la parte con el todo y se centra en aquellas partes de su propia personalidad que le llevan al empequeñecimiento. A partir de ahora, recuerda que tus fortalezas son tu mayor luz.
Dosifica la superación de obstáculos
Si tienes distintos frentes abiertos, puedes sentirte desbordado por ese peso que te afecta inevitablemente. Por el contrario, si estableces un orden para solucionar esos asuntos y acotas grandes tareas en partes más pequeñas, te va a resultar más sencillo abordar esos temas cuanto antes. Pero sin ese peso de la ansiedad.
Entrenamiento práctico
Así como cuando realizas gimnasia física necesitas ejercitarte hasta adquirir el hábito y desarrollar tu potencial, la actitud como habilidad emocional también requiere del poder de la reafirmación de la experiencia. Por tanto, actúa como lo haría un optimista. En un primer momento, puedes dejarte llevar por el efecto imitación. Y en algún momento, sentirás esta forma de sentir como propia. Un libro recomendado para realizar este proceso de desarrollo personal es “El efecto actitud”de Víctor Küppers.
Respira profundamente
Cuando la ansiedad y el miedo nos aplastan, deberíamos recordar que todo aquello está alterando nuestro centro vital. ¿Y cómo recuperar ese equilibrio? A través del control de la respiración. Los ejercicios de relajación son una experiencia de vitalidad.