La felicidad es un sentimiento muy preciado que se suele expresar mediante la alegría. Las personas alegres perciben el mundo como un lugar mejor, toman decisiones más fácilmente y están más satisfechas con su vida. Aprende a convertir en rutina el estar alegre y a vigorizar tu autoestima. No decaigas ante los problemas, pues todos tienen soluciones.
Modera tus exigencias en el caso de que estés ansiosa de mayores satisfacciones, puede conducirte a la pérdida del equilibrio interno de tu vida, impidiendo la verdadera alegría. Intenta vivir con intensidad el presente, aprendiendo a disfrutar de las cosas pequeñas, que muchas veces son las más importantes. No pierdas tiempo y dile adiós a quejas inútiles. Lamentarse constantemente por algo que se ha roto, por el clima, por un robo, sólo te hará estar triste por algo en lo que tú no puedes cambiar. Aprende a aceptar las cosas que son irremediables.
Busca en tu actividad diaria fuentes de alegría. En el día a día se ve reflejada nuestra vitalidad, capacidad y creatividad. Procura disfrutar de lo que haces, entrégate, transforma las obligaciones en oportunidades de expresión y búsqueda de motivos para estar contenta. Lo mejor que puedes hacer es siempre pensar en positivo, descubrir el lado bueno de las cosas. Deja de lamentarte por lo que no tienes y comienza a valorar aquello que sí posees o puedes alcanzar con trabajo y esfuerzo.
Contagia la alegría a la gente que te rodea y todo el mundo te apreciará. Ser una persona alegre es algo que va a expresarse en cada ámbito de tu vida. Anímate a implementar colores vivos en tu vestimenta y en tu casa, baila, canta. Demuestra tu diversión interior, expresa tus sentimientos y contagia todo lo bueno a tus seres más queridos. Recuerda que ser alegre fortalece tu autoestima, algo fundamental para sentirse bien con uno mismo. Con la alegría reducirás la posibilidad de contraer enfermedades, favoreciendo tu salud física y mental. Además, seguro que consigues encontrar pareja más fácilmente.